Inutilidad Aprendida

Siempre que se habla de las tareas domésticas, se hace especial hincapié en la gran brecha de género que existe todavía a día de hoy. La mayoría de hombres no realizan las labores que corresponden a su hogar, cargando a sus parejas femeninas estas tareas en una alta proporción. Pero pocas veces hablamos de cómo se llega a esta desigualdad en los hogares. Prácticamente cualquier persona entiende que si tu pareja no hace nada en casa, mejor no tener pareja (salvo casos de compas discas que no pueden realizar estas tareas). Esto choca de forma directa con las cifras de desigualdad doméstica. ¿Cómo es posible que, si no lo permitiríamos, las cifras indiquen que sí lo estamos permitiendo? Pero es que esto tiene una explicación sociológica que parte del machismo más rancio: La Inutilidad Aprendida. Acuñamos este término con la intención de dar un nombre a un fenómeno invisibilizado por parte de la sociedad pero del que todas las mujeres nos hemos dado cuenta. Porque todas vemos como no hacen cosas que saben hacer o que podrían buscar cómo hacer, simplemente porque no lo creen necesario. Porque ya estamos nosotras para suplir las fallas de sus supuestas ayudas. Mientras ellos presumen de ser esos hombres modernos que ayudan en casa y se responsabilizan de sus hijes. Mientras una parte de las mujeres de nuestro entorno nos dice lo afortunadas que somos. Mientras nosotras callamos el agotamiento físico y mental que acarrea esta inutilidad aprendida.

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