Ha sido muy sonado las últimas semanas la pataleta de un conjunto de hombres (porque lamentablemente es lo que son, aunque no lo parezca) en sus casas enfadados porque el Satisfayer fuera un top ventas en poco tiempo. Que malas somos las mujeres que queremos tener orgasmos a pesar que durante toda nuestra vida nos hayan dicho que nuestro placer no importa.