Fetichismo: el Racismo Invisible

Bajo falsas promesas, la mujer racializada ha pasado de ser una marginada a la fetichización. Tener espacios dentro de lo cultural o social no es ninguna victoria para ninguna lucha, solo lo es para el patriarcado, que nos vende como un objeto exótico que en muchos casos se bestializa con la intención de deshumanizarnos y convertirnos en algo consumible. En la industria pornográfica, la mujer racializada es considerada una categoría, un género dentro de las miles de filias que allí se financian. Nos exponen cómo venden el sexo lésbico, el sexo anal, bukakes, y otras prácticas muy populares dentro de la industria. Esa forma de mirar a la mujer racializada como un individuo ajeno a la normatividad, no es un invento de ningún director de esta industria, es una necesidad que el mercado satisface.

La historia de Hiromi: Racismo y Maltrato (Parte 1)

Hiromi nació en los ochenta en el hospital materno infantil de su ciudad, justamente a las seis de la mañana de finales de octubre. Una ciudad portuaria de España, fruto de la relación de un marinero japonés y una mujer española. Su madre no la quería tener, pero como el aborto en aquella época para la madre de Hiromi era un imposible, decidió llevar a término el embarazo.

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