Manifiesto escrito conjuntamente entre varias activistas discas: Ariana Alonso Celorio, Leidy Alana y Yaque Duarte
El pasado miércoles Isaac fue asesinado por ser autista y tener esquizofrenia sin ocultarse. Sus asesinos lo persiguieron durante bastante rato antes de apuñalarlo. Deja a una madre destrozada que ni siquiera sabe cómo llegará a final de mes sin él. Esta historia solo es la punta del iceberg, lo que nos llega, pero la violencia capacitista, misautista y cuerdista ocurre a diario. El pasado mes de Mayo era asesinada Cuqui, una mujer residente en Sevilla que además era discapacitada y sufría violencia de género. Los recursos para ella, como para muchas otras mujeres, fueron insuficientes y la asesinó su agresor. Pero es que las mujeres discapacitadas tenemos el 31% de posibilidades de sufrir violencia de género a lo largo de nuestra vida, más del doble de las posibilidades de una mujer sana. La semana pasada, antes del asesinato de Isaac, también vimos como se agredía a otro chaval de 23 años por ser autista en A Coruña. Son muchas las agresiones contra nosotras, pero pasan completamente desapercibidas.
¡Basta de Capacitismo y cuerdismo! #JusticiaParaIsaac y para todas las personas discas, locas y neurodivergentes que vivimos la violencia a diario.
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Las agresiones contra las personas discas, neurodivergentes y locas están amparadas en un silencio cómplice por parte de la sociedad. Esa parte de la sociedad que cree correcto ir contra los derechos humanos con nosotras solamente por ser discas, que nos aparta y destierra al olvido. Las noticias que nos llegan sobre estas agresiones son vagas e incompletas. Las personas discapacitadas somos las eternas olvidadas de la sociedad y de los movimientos sociales. Nos ignoran, nos apartan y nos callan, nos matan y nos agreden y los medios no se hacen eco de nuestro sufrimiento, de nuestro desprecio, de nuestras muertes pese a que la discafobia es la tercera causa de delitos de odio cometidos en nuestro país. Porque agredir a una persona por el hecho de ser disca, autista o loca; o bajo el amparo de la vulnerabilidad que estas identidades conllevan, es una forma de odio que debe ser denunciada y eliminada con la misma rabia que el resto de violencias. Porque nace del mismo sistema. Nace de un sistema capitalista que nos considera máquinas rotas, que no nos ve como iguales y que nos violenta desde el momento de nuestro nacimiento.
Y cada vez que la sociedad aparte la vista, nuestras voces se alzarán para denunciarlo. ¡No vamos a guardar silencio! Esta y tantas vidas no merecían ser arrebatadas por un sistema que nos regala su lástima mientras nos quita la voz, la dignidad, los recursos, la calidad de vida, invisibilizando nuestra lucha, manipulando el lenguaje para ocultar nuestra identidad. La sensación amarga que dejan estas tragedias es difícil de asimilar. Producen un sentimiento de inseguridad y miedo. No tenemos garantías porque no se nos brinda protección. ¿Hasta cuándo? ¿Cuántas personas más han de caer en el olvido? ¿Cuántos nombres se sumarán a una lista que no deja de crecer?
La sociedad olvida los nombres, ignora estas agresiones, ignora la violencia, las muertes y los asesinatos, pero hoy vamos a alzar las voces para recordar cada nombre y cada persona perdida a manos del capacitismo y el cuerdismo. Hoy estamos aquí para gritar bien fuerte «¡Basta ya!» y un rabioso y empoderado: «¡Orgullo Disca!» contra todas las violencias que nos afectan en nuestro día a día. No son muertes, son asesinatos.
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