El complejo de salvador blanco y redes sociales.

Todos los días, miles de personas se conectan a internet y revisan sus redes sociales, donde pueden compartir pensamientos y fotografías de su día a día, sus mascotas, seres queridos, curiosidades, etc. Pero hay un tropo particular que parece crear más controversia que cualquier otra fotografía. Sí, hablo de las fotos de personas blancas abrazadas a niños racializados en algún viaje que hicieron en un alarde de altruismo desmedido. Usualmente se trata de alguien que ha decidido hacer algún tipo de voluntariado en regiones más empobrecidas, ocasionalmente para ayudar a construir casas, pozos, o cualquier tipo de ayuda a la comunidad. Eso en un principio puede sonar como un acto caritativo, pero las fotografías reflejan un complejo llamado «complejo del salvador blanco».

¿Qué es?

El complejo del salvador blanco es el acto de camuflar actitudes egoístas destinadas a mejorar la imagen social, con caridad desinteresada. Esto se ve bastante bien en las fotos con menores racializados, ya que las personas blancas ven (por alguna razón) lícito y decente cometer un delito (recordemos que en la mayoría de países es ilegal fotografiar y/o compartir fotos de menores de edad sin el consentimiento de un tutor legal) con tal de proyectar una imagen falsa de salvador de las personas racializadas ante sus conocidos. Ganando algún tipo de reconocimiento por sus acciones, como una medalla ante un acto que se pretendía desinteresado. Se olvidan de que la razón por la que esos países están en situación de pobreza es que los países del norte global se dedican a sangrar sus recursos, desestabilizar sus gobiernos, crear golpes de estado desde la comodidad de sus casas, entre otras cosas. Impidiendo que ninguno de estos países puedan levantar lo suficiente la cabeza para ser capaces de negarse a los tratos abusivos que las empresas tienen con los nacionales, que los tienen en una posición de casi esclavitud.

El complejo del salvador blanco es el acto de camuflar actitudes egoístas destinadas a mejorar la imagen social, con caridad desinteresada.

Lo que estos niños de países explotados necesitan es que las personas blancas alcen la voz contra las injusticias que cometen sus propios líderes, que no pisoteen su voz cuando hablan de sus problemáticas y, sobre todo, no necesitan que el joven blanco de padres ricos de turno venga en la misión de conocerse a sí mismo regodeándose de su superioridad económica. Utilizándoles como decorado de su gran espectáculo de falsa filantropía.

Los últimos días lo hemos visto con la violencia migratoria de Ceuta, donde menores se han tirado al mar o familias con bebés se han tirado al mar, y a su llegada les esperaba violencia física, política y mediática en forma de negar el derecho a la privacidad de esos menores. Dónde se han utilizado e instrumentalizado esas imágenes para tratar de dar lástima mientras se niega que, si Marruecos puede chatajear a España con la migración, es porque nuestro gobierno está pagando porque esas personas sean violentadas para que no puedan jamás llegar con vida a nuestro país. Nos lavamos la conciencia criticando unas fotos que se basan en este complejo, mientras ignoramos convenientemente que el racismo migratorio es culpa nuestra.

¿Por qué es racista?

Vivimos en un mundo en el que una persona de un país como España no puede ir haciendo fotos a niños, a menores, sin que el mundo se escandalice (con razón). ¿Por qué cuando uno va a Latinoamérica o a África se piensa que puede hacerle fotos a niños que ni conoce para publicitarse como un buen samaritano en las redes? ¿Permitiríamos como padres que desconocidos se crean con el derecho a fotografiar a nuestros niños para presumir en internet? Los países occidentales se llenan continuamente la boca con discursos sobre moralidad y crianza infantil, no dudando en atacar a cualquier padre o madre que enseñe fotos de sus hijos en redes, pero en el momento que toca señalar a las personas que hacen lo mismo con hijos ajenos, se escudan en su privilegio y en este complejo, como si el que una persona hubiera pagado a veces hasta miles de euros a una agencia para pintar una casa de los autóctonos de la zona le diera algún tipo de derecho de romper las leyes de protección al menor.

Tratar a las infancias de los niños no blancos como decorados también forma parte del poverty porn, una forma de conseguir cinco minutos de atención explotando la situación del menor. Que, por otro lado, también refuerza la idea de que toda sociedad, país o continente vive las mismas experiencias. Tampoco cabe olvidar la crueldad que viven estos niños forzados a formar lazos afectivos con un desconocido diferente cada ciertos meses, para que luego se vayan y volver a repetir el ciclo con el siguiente que venga. Se perturban sus infancias y se deshumaniza su existencia por unos cuántos likes.

Tone Policing y Racismo

Pero, a pesar de ser esta la parte del salvador blanco más conocida, no significa que sea la única. Día tras día, las personas racializadas se enfrentan a personas tratando de ser el más sabido en la habitación sobre sus propias problemáticas, silenciándoles o cayendo en estereotipos que han sido muy nocivos para toda la comunidad. Lo vemos en profesores paternalistas que tratan de corregirnos sobre nuestras propias experiencias, en gente desconocida en internet que repiten un discurso memorizado de un minuto de TikTok (no hace más de cinco minutos he visto un tuit de una chica que abroncaba a otra por llamarse Mei, insinuando que estaba apropiándose de un nombre asiático, cuando la chica en cuestión es asiática), o incluso personas que nos tratan como un proyecto personal. Por favor, dejad de decir que queréis adoptar porque los niños negros o las niñas chinas os dan pena y os parecen monísimos. No somos vuestro proyecto de caridad para lavar vuestra conciencia mientras seguís siendo racistas en vuestro día a día.

Al parecer no tenemos suficiente con lidiar con personas racistas, fascistas y fetichistas, sino que la comunidad tiene que soportar que una persona, tratando de eclipsar nuestra voz para poder ampliar la suya, pueda irse a dormir pensando lo buena persona que es por haber “ayudado”. Dejar que las propias personas no blancas puedan hablar de cómo les afecta el racismo, lo dejamos para otro día. Volvemos a dejar al ilustrado (blanco) de turno hable por la comunidad racializada porque es más cómodo escucharle a él hablar de lo que nos hacéis a diario porque no pone el espejo de la responsabilidad frente a vosotros. Habla de la problemática del racismo como algo ajeno, porque le es ajeno, pero cuando se hace en primera persona escuece e incomoda a partes iguales. Por eso es tan necesario que se nos cedan espacios para poder hablar de ello, porque si escuece es que por fin empiezan a curarse las heridas del colonialismo, aunque quede muchísimo camino por delante.

Conclusiones

El complejo de salvador blanco es otra forma de fetiche, ya que parece ser que a las personas blancas les gusta la idea de simular vivir las experiencias de las personas racializadas. Para así poder sentirse en posición de poder al corregir o presumir ante el mundo, desde el comfort de saber que jamás tendrán que sufrir lo que conlleva ser una persona racializada.

El complejo de salvador blanco es otra forma de fetiche, ya que parece ser que a las personas blancas les gusta la idea de simular vivir las experiencias de las personas racializadas. #colonialismo #racismo

Todo esto puede dejar una gran duda: ¿Y qué hacemos para ayudar sin caer en esto? Realmente no es tan difícil como pueda parecer, ya que todo se basa en tener respeto hacia las personas que se supone que se trata de ayudar. Cuándo uno va a un país diferente, debe respetar las leyes, la identidad y humanidad de las personas y su comunidad. Si se ve a una persona apropiándose indebidamente de una cultura oprimida, hay que dejar paso a las personas de esa cultura para hablar sobre el tema o pasar información que ya ha dado una persona racializada sin apropiarse de sus palabras como si fueran de uno. Hay que recordar que las personas racializadas somos adultas, capaces de defendernos solas y que no requerimos de alguien que hable por nosotres. La respuesta a veces es simplemente dar un paso atrás y apoyar desde la distancia y no desde el protagonismo.

Bibliografía

Las imágenes de la fotografía destacada proceden de la cuenta BarbieSavior.

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