Colombia Resiste

Se ha hecho viral los últimos días un conjunto de manifestaciones de carácter revolucionario en todo el país de Colombia. Los grandes medios han ocultado la realidad de estas protestas con la gota que ha colmado el vaso: la reforma tributaria, una reforma que centraba el foco de la recuperación económica en la gente más humilde. Pero la realidad es que las protestas obedecen a la necesidad de derrocar al presidente Iván Duque, un presidente que es parte de un régimen capitalista que ha empujado a los grupos vulnerables a situaciones de indefensión.

Los medios han ocultado la realidad de estas protestas con la reforma tributaria. Pero las protestas obedecen a la necesidad de derrocar al presidente Duque, parte de un régimen capitalista que ha empujado a personas vulnerables a situaciones de indefensión. #ColombiaBajoAmenaza

Tras días de protesta, se ha derribado la reforma tributaria y se ha llevado a cabo la destitución del ministro de Hacienda, quien la ideó. Pero en el camino se han perdido demasiadas vidas a manos de un sistema policial corrupto y violento, ha habido reportes de situaciones en las que se ha utilizado munición real contra manifestantes pacíficos, violaciones a mujeres en callejones por parte de las fuerzas represivas del Estado, o personas desaparecidas en condiciones sospechosas. Y todo esto se está contando desde una versión distorsionada. Desde un discurso sesgado por la mirada colonial y burguesa, se vende que las protestas han sido por parte de radicales que sólo quieren destruir la paz (una paz que nunca ha tenido la clase obrera en Colombia). Una paz que solo es un disfraz de cara al resto de países, pero que lleva cobrándose vidas indígenas, queer, racializadas y disidentes desde mucho antes de la llegada de Duque al poder.

“El recaudo vendrá en un 73% de las personas naturales y el resto, de las empresas»

Ministro de Hacienda Carrasquilla, ideólogo de la propuesta

La Pandemia

En todo el mundo, la pandemia del Covid-19 ha traído consigo un aumento de la pobreza. En especial de aquellas personas en situaciones ya precarias que malamente podían sobrevivir sin que estuviéramos encerradas en casa. Pero, cuando se trata de Latinoamérica, a esta situación hay que sumarle la represión violenta y desproporcionada que llevan viviendo estos territorios durante décadas. Fruto de una colonización que sigue vigente a través de otros métodos. En Colombia la pobreza ha aumentado 6,8 puntos respecto a los valores anteriores a la pandemia. Todo esto sumado a la ya habitual violencia contra los grupos oprimidos, porque la violencia vivida en las protestas no pilla a nadie de improviso.

Además, los choques entre manifestantes y policías han sido especialmente intensos en ciudades como Cali, en el Valle del Cauca, y es que nunca habían sido tan fuertes debido a que la gente humilde de la zona no se había visto jamás tan forzada a protestar. La urbe de 2,2 millones de habitantes ha quedado durante días bloqueada por aire y por tierra. Escasean los productos de primera necesidad, la comida, la gasolina, etc. Y aquellos productos que llegan a venderse, se han encarecido hasta 10 veces más a su precio original. Ha habido saqueos de comercios y quema de bancos y oficinas gubernamentales. Los pueblos indígenas han derribado las estatuas de los colonizadores y se han hecho pintadas reivindicativas contra los asesinatos de líderes sociales tanto de estas protestas como de protestas anteriores. Se han abierto corredores humanitarios por los que pasar medicinas y artículos de primera necesidad. El barrio de Siloé, uno de los más pobres, se ha levantado de facto contra el Gobierno. Estos levantamientos masivos han sido una sorpresa no sólo para los líderes de las protestas, sino también para el gobierno, que pretende parar un levantamiento que no cesará hasta derrocarlo y sanar en parte las heridas que ha dejado en el país.

El Gobierno de Iván Duque

Sin embargo, la pandemia solo ha visibilizado una situación que el país ya llevaba arrastrando mucho tiempo. Esto es debido a que se encuentra gobernado por un partido presidido por un hombre que representa un proyecto fascista neoliberal latinoamericano. Este hombre es quien ha justificado la violencia por parte de la policía y a quien acusan las organizaciones defensoras de derechos humanos de alentar crímenes contra la humanidad en el marco del conflicto armado colombiano. Todo esto acentúa que las políticas que lleva a cabo este partido obedezcan a los intereses de las grandes empresas, monopolios, países extractivistas, etc., lo que se traduce en una crisis acumulada que resulta en un país con más de 17 millones de pobres, una tasa de desempleo que supera el 20%, más 74 mil fallecidos por COVID.

A todo ello sumamos la escalofriante cifra de 1.200 líderes y lideresas sociales y firmantes de la paz asesinadas entre el 2016 y el 2021 a manos de unas fuerzas represivas del Estado que obedecen a estas políticas neoliberales.

Esto ha condicionado que los pueblos indígenas, sobre todo, no tengan miedo solo a los agentes uniformados, sino que haya gente adinerada y privilegiada que se tome el odio contra estos pueblos por su mano y contribuya a la represión de los mismos. Algo que ha crecido en los últimos tiempos precisamente por el deseo de muchos de estos individuos de apoderarse de las tierras de estos pueblos para explotarlas de formas diversas. Ya lo vimos en Brasil con las quemas de las reservas indígenas en la selva amazónica y lo volvemos a ver en Colombia con la violencia contra pueblos originarios simplemente para poder expropiar sus riquezas y destruir sus territorios en nombre del progreso económico.

“Persiste el hostigamiento de individuos de civil armados, con el acompañamiento cómplice del ejército, la policía y el Esmad [Escuadrón Móvil Antidisturbios]”

Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN).

Esto no es algo aislado, sino que es una respuesta habitual en toda Latinoamérica, donde los pueblos indígenas se enfrentan a diario a situaciones insostenibles de violencia que se extienden por todo el mundo, y que son resultado de una sociedad que aborrece a estos pueblos y que quiere eliminarlos del mapa a través de la violencia cómplice del Estado. Tras los incidentes de este domingo, la Policía Metropolitana de Cali acusó a los indígenas de saqueos, vandalismo e “incitar al terrorismo”, en señalamientos que autoridades indígenas han tildado de falsedades que no hacen más que justificar la violencia acometida contra los pueblos. Violencia que se ha cobrado ya más de 32 civiles muertos en todo el país, 11 víctimas de violencia sexual perpetradas por parte de la fuerza pública. Organizaciones sociales como la Asociación para la Investigación y Acción Social (Nomadesc) denuncian más de 52 desaparecidos.

Tweet del activista indígena Feliciano Valencia donde se puede ver un vídeo de la violencia de civiles armados contra los indígenas.

Conclusiones

La represión a la que se está sometiendo a todo el pueblo colombiano, y en especial a los pueblos originarios, responde a unos intereses neocolonialistas y capitalistas que buscan seguir empobreciendo a las familias más humildes mientras se sigue enriqueciendo a las grandes empresas depredadoras que destruyen todo el continente. Es imprescindible escuchar y leer a los pueblos indígenas que luchan contra la represión y que cada día salen a las calles contra la impunidad de los asesinos de sus territorios. Necesitamos luchar por eliminar las ideas colonialistas que han contribuido a que esto siga ocurriendo, pero también necesitamos mostrar nuestro apoyo y solidaridad con quienes dan la vida por seguir salvando la tierra.

Desde Rebelión Feminista mostramos nuestro apoyo a les manifestantes y a todos los pueblos originarios que se han recorrido grandes distancias para defender sus derechos y sus territorios. Desde nuestra asociación, ofrecemos nuestra plataforma a cualquier persona que desee hablar de lo que está ocurriendo en las marchas, en las calles y en las políticas fascistas que empobrecen a los pueblos.

Desde nuestra asociación, ofrecemos nuestra plataforma a cualquier persona que desee hablar de lo que está ocurriendo en las marchas, en las calles y en las políticas fascistas que empobrecen a los pueblos. #ColombiaBajoAmenaza

La tierra es de quien la trabaja, protege y mantiene.

Bibliografía

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