11 de febrero. Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

El pasado mes se celebró la quinta edición de la Iniciativa 11 de Febrero por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, especialmente marcada por el COVID-19, tanto en la forma de celebrarlo como en los contenidos de la campaña para este año. Esta iniciativa pretende reivindicar que, a pesar de la integración de las mujeres en la educación universitaria en España y la mejoría a nivel mundial en educación superior , la representación femenina en disciplinas STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología , Ingeniería y Matemáticas) sigue siendo minoritaria. Hoy hablamos con María García, ingeniera informática y coordinadora de la Iniciativa 11 de Febrero.

El pasado febrero se celebró la quinta edición de @11defebreroES, marcada por el COVID-19, para reivindicar una mayor representación femenina en disciplinas científico-técnicas #DíaDeLaMujerYLaNiñaEnCiencia #11F2021 #MujeresEnSTEM

La Iniciativa 11 de Febrero

El desencadenante de esta iniciativa fue la proclamación en diciembre de 2015 del 11 de febrero como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconociendo las barreras que dificultan o impiden la presencia de mujeres y niñas en la ciencia y proponiendo la organización de actividades de educación y sensibilización pública para lograr una mayor integración de las mujeres en ciencia.

«La importancia de la proclamación del 11 de Febrero como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia ha sido máxima, ya que, si no hubiese sido proclamado, posiblemente no estaríamos ahora mismo escribiendo esto. Fue el reconocimiento de que existe un problema, de que hay una brecha de género, de que no hay igualdad, y de que hay que hacer algo por remediarlo. Tardaron en darse cuenta, no te creas; desde la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, donde se constituyó el principal documento de política mundial sobre igualdad de género, hasta esta proclamación, pasaron nada menos que 20 años.«

María García, coordinadora 11F

En septiembre de 2016, diversas personas del ámbito científico se unieron en la Iniciativa 11 de Febrero, voluntaria y sin ánimo de lucro, que pretende fomentar la realización de actividades por este día que ayuden a visibilizar referentes femeninos actuales y pasados que promuevan una igualdad de género efectiva en el ámbito científico-tecnológico a nivel de toda España. Especialmente relevante es acabar con la invisibilización de mujeres que han cambiado el mundo de la ciencia y la tecnología, mostrando así a la infancia que, su género, no determina sus capacidades. Como Ada Lovelace, primera programadora conocida de la historia o Hedy Lamarr que además de actriz fue la precursora de la tecnología WIFI.

«Según va pasando el tiempo voy descubriendo nuevos referentes femeninos en el mundo STEM. Para mí ha sido increíble meterme en este mundo y descubrir, por ejemplo, que la primera persona programadora de la historia fue una mujer. Y que la persona que creó las bases de la tecnología WIFI fue una mujer. ¿Sabes cuánto me hablaron de ellas o de alguna mujer informática durante la carrera? Absolutamente nada. Es evidente que sí, que está habiendo una evolución muy favorable en este sentido porque hoy, gracias a iniciativas como el 11 de Febrero, las niñas y los niños saben esto, y van a educarse y crecer en un mundo un pelín más igualitario.»

María García, coordinadora 11F

Entre sus actividades, este 2021 se han impartido más de 1100 charlas y talleres en centros educativos con #EnClase11F, 61 centros educativos han programado actividades de divulgación general con #Centros11F y los escaparates de diversas tiendas se han llenado de mujeres científicas con #Escaparates11F. Además, muchas otras organizaciones y centros de investigación han colaborado con el evento organizando 270 #Actividades11F, como el CSIC, la Coordinadora Marea Roja de la investigación, Made in Zaragoza, el Museo del Jurásico de Asturias o el Museo de la Ciencia y el Agua de Murcia.

Situación de la mujer en STEM

En el ámbito educativo, como se puede observar en el informe Igualdad en cifras MEFP 2020, aunque el porcentaje de mujeres en Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato es aproximadamente del 50%, las diferencias se observan cuando comienza el proceso de especialización. En las enseñanzas no universitarias ya se puede observar este patrón claro en el que las mujeres están infrarrepresentadas: en FP básica las mujeres matriculadas son un 29,2% del total, pero en las especialidades STEM este valor oscila entre el 2,5 y el 18,7%; en Grado Medio, las mujeres son un 43,3% del total, pero en especialidades STEM va del 3,0% al 21,7%, y en Grado Superior, del 47,7% global de mujeres, solo hay del 3,7% al 33% en especialidades STEM.

En el caso de las enseñanzas universitarias, aunque en la rama de Ciencias sí que se alcanza un valor cercano al 50% de mujeres, en grados de Tecnología e Ingeniería se observa un porcentaje muy bajo de mujeres, como el 12,9% en Informática o el 28,5% en Ingeniería, Industria y Construcción. Sin embargo, durante la carrera investigadora, las mujeres encontrarán muchos más obstáculos.

Gráfica de la distribución del personal investigador del CSIC por sexo según la etapa de la carrera investigadora, obtenido del Informe Mujeres Investigadoras 2020. La gráfica muestra cómo desde un porcentaje ligeramente superior al 50%, la proporción de mujeres va gradualmente descendiendo a lo largo de la carrera investigadora de postdoctoral, contratado Ramón y Cajal (RyC), Científicos Titulares e Investigadores Científicos, llegando a su mínimo de 26,5% en la última etapa, de profesores de investigación.

El Informe Mujeres Investigadoras 2020 muestra una cruda realidad: aun en las áreas más feminizadas, a lo largo de carreras orientadas a la investigación, el porcentaje de mujeres decae dando una “gráfica de tijera” que refleja la infrarrepresentación de las mujeres en puestos de mayor responsabilidad. Esta gráfica se explica entendiendo que por mucho que las mujeres quieran cualificarse en trabajos de ciencias, se las empuja a trabajo feminizados a menudo no remunerados (si hay que cuidar a menores o ancianos, se le encarga a las mujeres, haciendo que más mujeres abandonen sus estudios de ciencias en pos de cuidar.)

«La pérdida de mujeres a lo largo de la carrera en STEM se debe a diversos factores: el techo de cristal, la falta o ausencia de conciliación familiar, el síndrome del impostor que, curiosamente, sufren mucho más las mujeres que los hombres, ver cómo la mayoría de los puestos más altos están ocupados por hombres, etc. Imagínate querer llegar lejos en una carrera y se junte que tienes unos hijos que cuidar, que te ponen barreras para seguir ascendiendo y que, además, creas que no vas a ser capaz. Con toda esa serie de circunstancias, es normal que, aunque seamos mayoría en ciertas carreras, vayamos desapareciendo a lo largo del tiempo.»

María García, coordinadora 11F

La conciliación familiar y la maternidad son temas cruciales en la discriminación laboral por motivos de género. En el mundo académico, además, la presión por publicar antes que los competidores, la inestabilidad laboral por los contratos de corta duración que se van encadenando sucesivamente y las evaluaciones basadas en la producción científica de los últimos años de la investigadora acentúan más este problema. No podemos olvidar tampoco que cuando se trata de contratar a las mujeres, tenemos un gran problema con el sesgo de género, que empuja a más mujeres a no tener cabida en empleos de ciencias y a buscarse la vida como buenamente pueden en cualquier otro ámbito.

«El efecto de la maternidad en la carrera laboral o científica en STEM dependerá de muchos factores y según a lo que te dediques. En el mundo laboral “no científico” muchas empresas tienen ya planes de conciliación que facilitan bastante a la mujer el poder criar de sus hijos y después reincorporarse al mundo laboral, la reducción de jornada, la flexibilidad horaria, etc. En el mundo investigador me consta que es más complicado, porque la investigación sigue, estés o no estés tú. Por ello, muchas mujeres investigadoras “pierden puntos” cuando se quedan embarazadas. Independientemente de esto, también hay que preguntarse sobre esos planes de conciliación. ¿Por qué se les concede a las mujeres y no a los hombres? ¿O son las mujeres quienes eligen “libremente” acogerse a ellos? ¿Es libre o por imposición cultural o educación?»

María García, coordinadora 11F

Para cambiar esta dinámica y aumentar la proporción de mujeres en ciencia, habrá que tener en cuenta no solo los factores generales que afectan a toda la sociedad, como los prejuicios, la dificultad de conciliación y los roles establecidos, sino también los agravantes específicos que se dan dentro del mundo del STEM. Habrá que crear políticas que garanticen que los cuidados estarán en el centro de los debates y que ninguna mujer tenga que abandonar una carrera profesional que le apasiona por tener que cuidar. En definitiva, necesitamos eliminar el sistema capitalista que utiliza el trabajo invisibilizado de cuidados para seguir explotando a toda la clase trabajadora.

«Para evitar la pérdida de mujeres durante la carrera investigadora una medida podría ser que la evolución en la carrera científica se midiese de otro modo. Por ejemplo, ahora con el coronavirus, muchas mujeres han tenido que parar o disminuir sus investigaciones para ocuparse de su hogar y de tareas relacionadas con los cuidados. ¿Crees que eso se va a tener en cuenta cuando haya que promocionar a alguien? ¿O se tendrá en cuenta que están dedicándose a eso y por lo tanto no pueden seguir publicando al 100% como antes de la pandemia? Pues seguramente no, porque las afectadas son ellas, no ellos.»

María García, coordinadora 11F

Impacto del COVID-19 en la situación de la mujer en ciencia

La pandemia de COVID-19 ha generado un gran cambio repentino a nivel de toda la sociedad, generando un cambio en los patrones de comportamiento sociales que, sin embargo, no ha hecho más que acentuar la diferencia marcada por los roles de género, especialmente en las tareas domésticas y la crianza. Además, los trabajos más directamente expuestos al virus (sector sanitario, limpiadoras, trabajadoras de residencias, cajeras, dependientas, etc.) son de aquellas profesiones eminentemente feminizadas. Fuera del sector sanitario, en la investigación, también se ha comprobado el efecto del “segundo turno” a diversos niveles y la inacción de los organismos de investigación por paliar sus efectos.

«Hasta donde pudimos averiguar para redactar la nota de prensa de este año, en general no ha habido medidas de centros relacionados con STEM para paliar el incremento de trabajo doméstico. Se han hecho pequeños cambios en algunos centros, organismos y empresas, como ampliar la flexibilidad horaria, pero poco más. El aumento del trabajo doméstico no ha supuesto ningún cambio porque somos nosotras las que lo hemos asumido, sin más. Y efectivamente, esto está ocasionando grandes problemas, como ansiedad, insomnio, la sensación de estar fallando en todo, etc.»

María García, coordinadora 11F

Este impacto es objetivamente visible en la proporción de publicaciones académicas realizadas por mujeres comparado con los datos del año anterior. Diversos artículos científicos y análisis sobre grandes bases de datos de publicaciones confirman que la brecha de género ha aumentado en esta situación de pandemia. La información producida y recogida en anteriores emergencias sanitarias nos demuestra que se ha establecido una “tiranía de lo urgente” en la que se prioriza la respuesta biomédica olvidando las desigualdades estructurales, no solo ignorando el papel de las mujeres durante las mismas, sino que menos del 1% de los estudios posteriores han estudiado el impacto de género.

Las últimas crisis sanitarias nos han demostrado que en ellas se establece la «tiranía de lo urgente», priorizando la respuesta médica y olvidando las desigualdades estructurales, no solo durante las mismas, sino en el estudio posterior de su impacto

La novedad e impacto de las pandemias también ha despertado un gran deseo por conocer más, en los medios se ha comenzado a informar sobre ciencia, especialmente desde los campos más biomédicos, una de las áreas donde la proporción de mujeres es mayor. Sin embargo, la representación de expertas en los medios ha sido muy inferior a la de expertos, citándose a una mujer por cada tres hombres según diversos informes de Women in Global Health y de grupos de investigación tanto a nivel internacional como a nivel de España.

«La infrarrepresentación de expertas en medios no se puede explicar con la proporción de mujeres STEM porque nosotras somos más en los principales ámbitos relacionados con la pandemia: salud y medios de comunicación. Tanto las profesiones relacionadas con la salud (medicina, enfermería, auxiliares) como el periodismo son profesiones totalmente feminizadas. Entonces, ¿por qué aparecen más expertos que expertas en los medios de comunicación para hablar de la pandemia? Por el machismo, claramente.»

María García, coordinadora 11F

Esta situación también ha llevado a la necesidad de generar comités científicos con una alta responsabilidad en la toma de decisiones, lo cual ha puesto en mayor evidencia la segregación vertical que se da en el campo biomédico (entre otros), que en palabras de Carmen Vives Cases se refiere a que “a pesar de que la mayoría de profesionales de enfermería son mujeres, quienes ocupan cargos de coordinación son hombres y aún siendo una minoría, ellos asumen los puestos de responsabilidad”. Esto explica datos como que el 100% del comité de pandemia en Reino Unido sean hombres y el 93% en Estados Unidos.

«Como te he comentado anteriormente, tampoco se explica esta composición de los comités. Volvemos a los mismos ámbitos, salud y medios de comunicación, donde más de la mitad somos mujeres. Tendríamos que averiguar qué méritos son necesarios para entrar en dichos comités, cómo son escogidos los miembros, quién valora estos méritos (está demostrado el sesgo de género en las evaluaciones), etc., para poder explicarnos por qué, a pesar de ser más de la mayoría, normalmente representamos tan poco (por ejemplo, un 24% en el comité organizado por la OMS, 4 de 12 en el Grupo de Trabajo Multidisciplinar de nuestro gobierno, etc.).»

María García, coordinadora 11F

Conclusiones

Sigue existiendo una clara brecha de género en las disciplinas científico-tecnológicas. Es por ello que movimientos como la Iniciativa 11F y días como el Día Internacional de La Mujer y la Niña en la Ciencia son completamente necesarias no solo para hacer que las niñas se sientan igual de capaces que los niños en temas técnicos, sino para asegurar que, una vez dentro de la carrera científica, no la acaben abandonando en mayor proporción por motivos de discriminación. La situación generada por el COVID-19 no ha hecho más que recordarnos que queda mucho por conseguir, que la igualdad que estamos consiguiendo también se puede perder y que hay que seguir luchando por ella, y que no debemos dejar que lo urgente se coma a lo importante.

Debemos luchar para que las mujeres y las niñas del futuro y de nuestro presente tengan la oportunidad de ser quienes deseen ser, sin imposiciones sociales ni barreas que impidan que ninguna mujer sea científica o trabaje en STEM y, más importante aún, que sus logros sean reconocidos en la historia. Que se nos estudie en las aulas al mismo nivel que los logros de los compañeros masculinos. Porque es importante nombrar a las mujeres que hemos cambiado la historia con nuestro trabajo.

Bibliografía

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