Fibromialgia, capacitismo y Andrea Levy.

Después de una intervención de Andrea Levy en la asamblea de Madrid, en la que se confunde varias veces, comenzaron a surgir críticas desde los sectores de izquierdas. Se podría entender que se criticara el discurso, las palabras, el contenido en definitiva de sus palabras, pero la gente prefirió asumir o, por lo menos insinuar, que Levy estaba “borracha, de salida del after, pedo” y un sin fin de cosas más. Después de esto, la susodicha dijo en diversas entrevistas que tiene fibromialgia, una patología que muchas compañeras sufren y que supone una violencia constante a todas aquellas que viven de forma visible con esta dolencia. Despidos improcedentes por las bajas recurrentes derivadas de sus dolencias, violencia médica, imposibilidad de acceder a su diagnóstico, incomprensión por parte de toda la sociedad o ingresos involuntarios en psiquiatría por deducir que todo lo que nos ocurre es que estamos locas. Según los sectores de derechas, el zasca se había oído hasta en Marte, ya que “los progres” habían insultado a una persona con una enfermedad. Según los de izquierdas, es mentira y está utilizando una enfermedad para justificarse. Pero este problema no trata, únicamente, de izquierdas y derechas, este problema tiene una base mucho más enraizada en el odio: el capacitismo.

La mencionada Intervención de Andrea Levy en la que se confunde de forma clara en varias palabras.

Andrea se confunde, trastabilla, mezcla letras y palabras… Efectivamente, las personas que sufren fibromialgia pueden tener estos síntomas, entre otros muchos. Pero es que además cada persona que vive con una patología la vive desde su propios términos, y estos jamás serán una excusa para tener un discurso fascista que daña no solo la vida de todas las personas obreras, si no la sanidad de todas las enfermas crónicas y de todas las discas y locas que hoy por desgracia nos toca defender que no tiene por qué estar mintiendo para que su discurso siga siendo una basura.

Dudar de Andrea Levy y su #fibromialgia es dudar de todas y todes, hace que el resto de personas que la tiene vuelvan a su posición de “mentirosas”.

¿Qué es la fibromialgia? 

Para empezar, la fibromialgia, la palabra, proviene del latín: fibra; tejido conjuntivo, y del griego: mio-; músculo, algia; dolor. Un dolor generalizado en los tejidos, ligamentos, tendones, músculos, etc. sin lesión aparente. No se conocen sus causas, se cree que existe una predisposición genética, y que hay una serie de factores desencadenantes que son los que hacen que se manifieste, pero esos factores no son la causa. El proceso para conseguir un diagnóstico es largo, solitario y arduo: años de pruebas que comienzan una vez se empieza a creer a la persona que lo sufre; este momento suele tardar años en llegar. Del total de las personas enfermas de fibromialgia, 9 de cada 10 son mujeres o personas entendidas socialmente como tal (de las personas NB no se conocen datos, aunque no resulta demasiado sorprendente).  Es importante tener en cuenta que no fue hasta 1992 que no se reconoció la fibromialgia como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud. Al tratarse de una enfermedad invisible es muy difícil que se crea a las pacientes, sumado a pruebas sin resultados negativos aparentes y ser mujeres o leídas como tal, nos encontramos con cientos de miles de enfermas sin diagnóstico o con diagnósticos equivocados. El sesgo machista de la medicina en particular y de la sociedad en general, hace que a las mujeres se las tache de locas o exageradas antes de creer que de verdad están sufriendo dolor constante. Algunos de los síntomas de la enfermedad son:

  • Dolor de cabeza/cara.
  • Disfunción de la articulación temporomandibular.
  • Trastornos del sueño.
  • Trastornos cognitivos.
  • Malestar abdominal.
  • Síndrome de colon irritable.
  • Cistitis intersticial.
  • Vulvodinia.
  • Puntos miofasciales hipersensibles.
  • Costocondritis.
  • Desequilibrio.
  • Síndrome de piernas inquietas.
  • Problemas en la piel.
  • Hinchazón exclusiva de la fibromialgia.
  • Depresión

En realidad hay muchos más síntomas que no están en esa lista pero que también existen en nuestras realidades, algunos incluso aparecen debido a la medicación, y sí, hay veces que el dolor y la fatiga hacen que parezca que las personas enfermas están “borrachas”. Como le pasa a muchas enfermas crónicas, no es únicamente nuestra realidad, es la de muchas compañeras que sufren el rechazo social e institucional de ser discas y de vivir en una sociedad capitalista y capacitista.

Las personas que vivimos con fibromialgia, antes de tener un diagnóstico, sufrimos algo mucho peor que los dolores físicos: El rechazo por parte de nuestro entorno, y ese rechazo se manifiesta en la duda. Es muy costoso para alguien que tiene fibromialgia explicar qué le pasa, ya que son síntomas difusos, invisibles, en algunos casos tan extraños que parecen exagerados ya que duele al respirar, al parpadear, duelen las uñas, el pelo, entre otras cosas que conllevan que en muchos casos se dude de la veracidad de dichos síntomas. 

Psicólogo en Sálvame hablando sobre María José Campanario, también diagnosticada con fibromialgia.
«No se puede generalizar nunca… eh… todas las enfermedades tienen un componente psicológico, todas, pero la fibromialgia especialmente y muchas de estas personas, no todas, suelen ser bastante manipuladoras, suelen ser personas, muchas de ellas, generalmente a nivel inconsciente que concitan atención a base de su sufrimiento. No digo todas, no estoy hablando de María José, hablo en general.»

No es la primera vez que en Sálvame desinforman sobre la fibromialgia y tienen que pedir perdón por ello. Tele 5 pide disculpas al colectivo de enfermos de fibromialgia pero nunca se cambia la perspectiva que han dado de nuestras experiencias, el daño ya está hecho. No parece muy creíble que mucha gente se invente un dolor intenso y constante para llamar la atención, cuadrando además los síntomas con el resto de personas que lo sufren, así que quizás se pueda encontrar la explicación en el capacitismo y el machismo con el que convivimos. Hace años se encerraba a las mujeres con esta enfermedad en psiquiátricos porque molestaban sus quejas, ahora no hace falta encierro, con dudar de nosotras ya se nos está silenciando, buscando que nuestras quejas simplemente paren. El entorno vuelve a estar cómodo pero la persona enferma se encierra en sí misma y las secuelas emocionales acompañarán al resto de síntomas que se presentan con la fibromialgia. 

Andrea Levy lleva, según sus propias palabras, 4 años de periplo médico y el verano pasado, al fin, recibió el diagnóstico que ella misma relata como “una gran liberación”. Cuando al fin se pone nombre a esta enfermedad, el peso de la duda es menor, porque tenemos un papel de un profesional considerado una autoridad que valida nuestros síntomas. A pesar de que se siga dudando de la enfermedad, la persona enferma cuenta con un diagnóstico y eso ayuda a entender que no es una invención. De Andrea se puede criticar todo su discurso sin tener que entrar en descalificativos capacitistas y cuerdistas como se ha hecho durante tantísimos años con el resto de personas con fibromialgia. Dudar de ella es dudar de todes, creer que porque alguien nos cae mal puede inventarse una enfermedad hace que el resto de personas que la tiene vuelva a su posición de “mentirosa”, porque si ella se lo está inventando, ¿qué garantías se tienen de que el resto no se lo invente? ¿Qué garantías se tienen de que no estén dudando de ti?

Conclusiones

Si Andrea Levy dice que tiene fibromialgia, la tiene. Si de su discurso lo único que podemos criticar es que se confunde o se le traba la lengua, es que no hemos escuchado sus palabras, ya que recordemos que Levy es concejala del PP y sus políticas de recortes de lo público son más que criticables sin caer en capacitismo o machismo. Aunque eso nos llevaría a dar un paso más y dejar de reírnos del «tonto del pueblo», «del borracho», «de las locas» o de las personas que vemos por debajo de nosotres, porque el capacitismo no es más que creerse superior porque, bajo el criterio de un mundo capitalista que castiga a quien no produce, se establecen jerarquías y si en algún momento, en algún caso, estamos situades “por encima”, quizás cueste demasiado rechazar la superioridad de reírse del débil.

Desde Rebelión Feminista nos posicionamos frontalmente en contra de todas las políticas abusivas y fascistas del PP y sus acólitos y acólitas, al mismo tiempo que nos posicionamos en contra de utilizar el sufrimiento de cientos de miles de compañeras y compañeres que viven cada día el sufrimiento de ser parte de esta enfermedad rara y feminizada. El capacitismo nunca estará al servicio de la lucha de la clase obrera, instrumentalizarlo contra Andrea Levy solo es una piedra para todas o todes en el camino.

Bibliografía y webgrafía:

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