Sealioning

Sealioning, o hacer el “lobo marino”, es una expresión acuñada por David Malki en su cómic Wondermark, que se refiere a quienes se meten en una conversación haciendo preguntas sin tener ningún interés en las respuestas, sino únicamente para hacer perder tiempo a su interlocutor.

Las preguntas que hace el lobo marino no se deben a la curiosidad, algo natural y a lo que la mayoría de personas están encantadas de responder. Al contrario, son preguntas realizadas de “mala fe” pero de forma educada, con el pretexto de que quieren conocer mejor o aclarar alguna cuestión. Sin embargo, cuando el interlocutor responde, el lobo marino se centra en hacer más preguntas o malinterpretar las respuestas, pidiendo más y más información.

El #sealioning consiste en preguntar con mala fe con el pretexto de que quieren conocer mejor o aclarar alguna cuestión. Sin embargo, cuando se le responde, el #sealion hace más preguntas o malinterpreta las respuestas.

Los datos solicitados suelen ser fáciles de encontrar mediante una búsqueda rápida en Google para cualquier persona que tenga verdadera curiosidad, pero el objetivo del lobo marino no es aprender, sino atosigar a la otra persona hasta que diga algo erróneo o se canse de contestar, para protestar por esa falta de educación. Siempre mantendrá una falsa actitud educada y respetuosa e intentará sacar de quicio a la otra persona para lograr que pierda las formas y poder criticarla por ello.

Cuando nos atacan uno o varios lobos marinos es muy difícil defenderse, y al finalizar la conversación suelen dejar una sensación de impotencia y agotamiento mental al entender que hemos caído en la trampa y no estaban interesados en nuestro punto de vista, sino en molestar. La web de Everyday Feminism aporta algunas estrategias para tratar de defendernos de los lobos marinos y no seguirles el juego:

  1. Redirígele: Aporta un enlace a un artículo o bibliografía que trate el tema por el que te está preguntando, y sugiérele que vuelva a preguntar cuando lo haya leído y hecho el esfuerzo de entenderlo.
  2. Pregúntale: Es una buena forma de diferenciar entre los lobos marinos y las personas con verdadera curiosidad. Si la otra persona se niega a responder, malinterpreta tus preguntas o responde con más preguntas, probablemente sea un lobo marino y es momento de terminar la conversación. Algunos ejemplos de preguntas que puedes hacer son: ¿puedes aclararme qué punto no entiendes? o ¿qué fuentes tienes que refuten mi argumento?
  3. Haz equipo: Pide a tus amistades que te ayuden a tratar con el lobo marino, pero aseguraos de que ninguno de vosotros pierde demasiado tiempo. Al sentir que pierde más tiempo él que vosotros, el lobo marino probablemente se marche y busque presas más fáciles.
  4. Trolléale: Responde a sus preguntas de forma irónica, haz tú el lobo marino con él o bromea con su ignorancia intencionada. El lobo marino se acabará aburriendo y te dejará en paz.
  5. Ignórale: Lo principal es que no tenemos ninguna obligación de responder a todas las preguntas que nos hagan. Por muy especialistas que seamos en un tema o por muchos seguidores que tengamos, nuestra salud mental debe ir siempre por delante, y bloquear e ignorar a este tipo de personas es una buena herramienta para protegerla.

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