No es ningún secreto que a la mujer en los libros historia se le ha dejado en un segunda plano y esto no es una excepción a la hora de hablar del mundo del arte. Muchos de los inventos y obras creados por mujeres están firmados por un hombre como, por ejemplo, el caso del descubrimiento del primer algoritmo creado por Ada Lovelace la cual era asistente de Charles Babbage, creador de lo que se podría considerar el primer diseño de computadora. Ada consiguió dejar reflejado su apellido «Lovelace» y ser considerada como la primera programadora de ordenadores, no obstante, durante años los historiadores dudaron si había escrito las notas por sí misma o eran obra de Babbage.
Las artistas siempre han estado relegadas en un segundo plano, es por ello que ha llegado el momento de hablar de ellas, las eternas olvidadas. #ArteFeminista
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El papel en la sombra
Muchos de estos casos se dieron en la edad moderna ya que por aquel entonces, a diferencia de los hombres, las mujeres no podían firmar contratos, estos tenían que estas firmados por su marido, o en caso de estar soltera, por su padre o hermano. Por tanto, todas aquellas mujeres que querían vender sus obras no podían puesto que las mujeres, legislativamente, estaban incapacitadas. Es por esto que los nombres de tan innumerables artistas han desaparecido, ya que todos aquellos archivos donde figuran aquellas obras de arte están firmados por hombres que eran familiares de la verdadera artista. Esto nos lleva de nuevo a un borrado de la realidad histórica de cientos de miles de mujeres que tal vez nunca sepamos que fueron grandes artistas porque un hombre se apropió de su talento.
Un caso bastante conocido es el de María de la O Lejárraga autora de «Cuentos breves«, publicado en 1899. Esta mujer firmó su obra con su autentico nombre, cosa que provocó el enfado de su familia y fue la razón por lo que decidió borrarse. Fue posteriormente cuando María se casó que decidió esconderse, tal como hicieron muchas otras, tras el nombre de su marido.

Representación en museos y galerías
Lamentablemente aun a día de hoy las mujeres arrastramos ese gran peso, en el que parece ser que el hombre es el único que puede llegar a destacar en este mundo. Pese a que en las universidades de Bellas Artes las estudiantes superan el 70% y más del 64% de las personas que se graduaron fueron mujeres, cuando hablamos de obras en galerías y exposiciones no suponen ni una mínima parte de las obras expuestas en estas dependencias. Muchas veces se habla de que las mujeres solo entramos en los museos cuando es para ser la musa de algún artista que nos pinta únicamente por nuestra belleza, como si fuéramos simples entes que solo sirven para ser bonitas. No hace falta echar la vista demasiado atrás para ver que no se nos valora como artistas o trabajadoras sino como un elemento o complemento más del trabajo del hombre, como olvidar el tan conocido «Me gustas cuando callas porque estás como ausente» de Pablo Neruda. Además no podemos ignorar que esto se debe a que las artistas no son reconocidas ni siquiera después de muertas.
En cuanto al público que visita los museos, es interesante saber que, según los datos sobre el público de museos del Ministerio de Cultura en 2009 el 52,6% de los visitantes eran mujeres. Por desgracia, como comentábamos anteriormente, a pesar de esto no vemos representación de mujeres en las exposiciones y galerías de arte. La representación artística de las mujeres se queda en un triste 9’4% de las exposiciones individuales realizadas en los principales museos y centros de arte contemporáneo en España a lo largo de 10 años.
En cuanto a los premios y reconocimientos, de los 10 premios a la trayectoria artística que otorgó el Fondo Nacional de las Artes solo se reconoció a una mujer. Es difícil reconocer a quiénes se ignora a conciencia por puro sesgo androcentrista, no pueden ver el talento de las mujeres si creen que las mujeres simplemente no tenemos talento, todo gracias a ese falso pensamiento que se ha reforzado a lo largo de los siglos.
Aún a día de hoy tenemos que pelear el triple para que nuestro trabajo reciba el mismo reconocimiento que el de otro hombre. Porque a pesar de esa famosa (y falsa) meritocracia que enarbolan los sectores más misóginos cada vez que se habla de estos temas, las mujeres seguimos siendo arrojadas al olvido. Porque duele más que artistas feministas pinten encima de las figuras históricas masculinas, que el borrado total de las figuras femeninas en el mundo del arte.

Conclusiones
Tanto en el arte como en muchísimas otras profesiones las mujeres siempre hemos tenido dificultades a la hora de poder ser vistas o reconocidas, ya que siempre habrá un sistema estructural que tira de nosotras hacia abajo. Este sistema que ha creado fenómenos como el techo de cristal o la brecha salarial y que continúa silenciando e invisibilizando nuestro trabajo a día de hoy.
Por lo general se nos deja relegadas a lo que podríamos llamar trabajos en la sombra; trabajos que a lo largo de la historia los han denotado como «simples» o «de segunda» como es el caso de las artesanas. A lo largo de la historia hemos sido acalladas, cosa que se ve reforzada por los libros de texto en los cuales se oculta o incluso omite totalmente a la mujer a lo largo de la historia, cuando realmente siempre hemos estado aunque borraran nuestro nombre y lo cambiaran por el nombre de padres, hermanos y maridos dejando finalmente desaparecidos muchos nombres de grandes artistas, que lamentablemente nunca conoceremos.
¿Qué pasaría si en realidad La Capilla Sixtina la hubiera pintado una mujer? ¿Qué pasaría si los trazos más conocidos del mundo de la «Noche Estrellada» fueran el resultado de una mujer extenuada por el trabajo de cuidados? ¿Y si «La Monalisa» no era la musa de nadie y era la artista sonriéndose a sí misma en un espejo? Por supuesto que estos ejemplos son imposibles, es solamente un ejemplo de algunos cuadros conocidos, porque Berthe Morisot, Camille Claudel, Sonia Delaunay-Terk, Natalia Goncharova, Liubov Popova, Georgia O´Keeffe, Louise Bourgeois, Esther Ferrer o Zaha Hadid (entre muchísimas otras) merecen el mismo reconocimiento de los artistas que ni siquiera hemos nombrado y solo con sus obras ya conoces.
Webgrafía
- Ada Lovelace- Historia
- Derecho de la mujer- Firma documentos
- María de la O Lejárraga-historia
- INE- Cursos académicos bellas artes datos.
- Porcentaje sobre obras en museos y centros de arte
- Porcentaje sobre obras en museos y centros de arte -Informe
- MUJERES EN EL ARTE: 15 artistas que sí han triunfado y nuestros niños deberían conocer
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