Rogamos que leáis esto entero antes de decir nada, por favor y gracias.
Debido a las últimas discusiones entre sáficas, desde Bacantes y Rebelión Feminista nos hemos tomado el tiempo que hemos necesitado para poder redactar de la forma más correcta posible lo que ha estado ocurriendo, puesto que se debe más a un malentendido aprovechado por un grupo de personas para arrojar odio sobre el grupo de politización bi (Bacantes) que a otra cosa. Intentaremos ser lo más concisas y concretas posible y nos disculpamos de antemano si no resulta así.
Vamos a dejarlo bastante claro: en ningún momento hemos ido contra la comunidad lésbica ni su politización.
Este problema viene por una ex miembro de Rebelión Feminista. La ex compañera (llamémosla A) quiso hablar de lesbiandad, y, como siempre hacemos, se le dio el altavoz que pudimos. Incluso se le corrigieron las traducciones inexactas de artículos sobre dicho tema. No obstante, esta persona en más de una ocasión soltó bifobadas y acefobadas en los grupos de la asociación, pero no se le señaló porque admitía ser profana en ambos temas y parecía tener cierto interés en informarse, cosa que finalmente no hizo. En nuestra asociación entendemos que las compañeras no siempre van a estar completamente deconstruidas (porque es imposible) y mientras no se dirija violencia específica contra compañeras, jamás vamos a linchar a nadie por equivocarse o tener sesgos opresivos.
Hemos de señalar que incluso en sus propios tuits se puede ver que, según le convenga en qué momentos, está tan a favor del uso de «heterosexualidad obligatoria» en mujeres bi, como para hablar de la experiencia lésbica, y en otras, le conviene más hablar de heteronorma o régimen heterosexual para referirse a exactamente lo mismo.
Y aquí es donde empieza a venir el problema: A vio un vídeo que tachó de lesbófobo porque una chica bi decía que le daban asco los tíos. No entendía por qué una mujer bi diría eso y según ella esa chica muy probablemente era lesbiana reprimida por la heterosexualidad obligatoria. Algunas chicas bi intentaron explicárselo, lo que derivó por su parte en un cuestionamiento acerca de la atracción genuina hacia los hombres en mujeres bi, lo que supone, obviamente en cuestionar la bisexualidad o el birromanticismo de mujeres que viven en un sistema patriarcal.
Poco antes de todo esto, A había decidido salirse de la asociación por falta de tiempo. Cosa que en un principio nos pareció normal porque llegaba el curso, pero ahora con perspectiva nos chirría un poco lo oportuno de su salida.
Entonces llegó ese día que todas recordamos: una compañera bi usó el término «heterosexualidad compulsiva» para hablar de sus experiencias. De repente, a A esto le pareció una barbaridad, lo que derivó en un acoso a esta compañera, que le respondió con hilos hablando de forma impersonal y dejando claro que era una bífoba. Esto se hizo así para respetar su privacidad y evitar que les llegara cualquier tipo de acoso.
Aquí fue donde se generó el verdadero malentendido: muchas chicas de la comunidad lésbica creyeron que se dirigía a ellas en general, cuando dichos hilos y tuits iban por un grupo muy concreto de personas (A y sus amigas) y su discurso. A otra compañera incluso la llegaron a difamar por defenderla con acusaciones bastante graves y que fueron desviándose muchísimo desde su primera versión de «mierda» (y hemos de destacar que anteriormente había sido amenazada con sacar «mierda» de ella por gente cercana a este grupo). Se hicieron intentos de diálogo y se nos cerraron las puertas sin más.
A y compañía contaron su versión: que éramos lesbófobas por llamarlas bífobas porque ellas «sólo hablaban de heterosexualidad obligatoria y teorías lesbofeministas y cuestionaban la atracción hacia los hombres» (tal vez ahora se vea un poco lo similar al discurso que se ha hecho viral estos días). Nada más lejos de la realidad: se les llamó bífobas por intentar convencer a mujeres bi de que son lesbianas en el huevo y por no dejarnos hablar de nuestras experiencias como es debido porque contradecíamos viejas teorías lesbofeministas.
Dado que vimos legítima la reclamación del término «heterosexualidad compulsiva» por parte de la comunidad lésbica, desde Bacantes y Rebelión Feminista se decidió sacar un artículo al respecto y acuñar el término de «heterosexualidad asimilada» para hablar de la experiencia de las mujeres bi al relacionarse más con hombres que con mujeres. Al grupo de A este artículo les pareció mal. Nos acusaron de lesbófobas y de victimistas por usar las etiquetas de «lesbofeminismo» y «lesbianismo político» en un artículo sobre bisexualidad aún siendo temas de los que se habla en dicho artículo. Y, de hecho, en respuesta al artículo, A sacó otro en su propio blog con un discurso idéntico al de una persona que no vamos a mencionar, hablando sobre cómo hemos de teorizar y politizarnos las mujeres bisexuales y las asexuales y poniendo por encima de las mujeres bis, que no dejamos de ser personas, a sus teorías lesbofeministas. Por no hablar de que también dio nombres de miembros de Rebelión Feminista sin permiso (cosa que va en contra de la ley de protección de datos) y difamó sobre la asociación.
La bifobia no se quedó aquí. Incluso en un tuit de Bacantes en el que hablábamos de la bifobia de una terfa, cuya orientación ni siquiera mencionábamos, y hacíamos hincapié en que nadie tenía derecho a cuestionar la orientación de nadie, hubo personas de este grupo que nos acusaron de lesbófobas y de decir que entonces las mujeres lesbianas tenían que estar sí o sí con hombres, lo que no es cierto en absoluto.
Reconocemos que nos hemos expresado mal al intentar solucionar todo este malentendido, pero también hemos de decir que no se ha hecho un mínimo intento por escucharnos. Salvo personas contadas que nos han mandado Mensajes Directos para intentar saber qué era lo que ocurría en realidad, otras nos cancelaron automáticamente y nos bloquearon sin mediar palabra.
Entendemos que señalar que «era un grupo de lesbianas» suena mal y nos disculpamos porque no pretendíamos señalarles por su orientación, sino que intentábamos explicar como podíamos que se trataba de un grupo de chicas que nos acusaban de llamarlas bífobas por ser lesbianas y hablar de heterosexualidad obligatoria cuando en realidad las llamábamos bífobas porque son bífobas.
No nos molesta que se hable de heterosexualidad obligatoria. Animamos a absolutamente todas las lesbianas a hacerlo. Lo que no vamos a permitir es que se hable y se teorice sobre nosotras sin nosotras y mucho menos que nos cuestionen nuestra orientación teniéndola clara porque digamos algo tan básico en una sociedad patriarcal como que «nos dan asco los hombres». Tenemos derecho a hablar por nosotras mismas y a cuestionar si somos lesbianas o bis por nosotras mismas. Una cosa es hablar de heterosexualidad obligatoria y otra, afirmar de forma tajante que, si te dan asco los tíos, eres lesbiana. Hay años luz entre una cuestión y otra.
Lo único que vamos a pedir de forma abierta a absolutamente a todas las personas que hayáis leído esto es que señaléis la bifobia cuando la veáis. Nosotras no bajaremos la cabeza.
A quiénes habéis llegado hasta aquí os damos las gracias por escucharnos.
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