Término propuesto desde el grupo de Politización Bifem, que hace referencia al fenómeno heterocentrista de las mujeres bisexuales que se ven condicionadas, por el ambiente y su propia heteronorma interiorizada, a mantener relaciones sexo-afectivas con hombres aunque estas sean abusivas o no les terminen de llenar. Creando a su vez una vulnerabilidad a las mujeres bisexuales para ser víctimas de violencia machista.
La heterosexualidad asimilada impide explorar nuestra identidad como bisexuales en un lugar seguro, ya que cuando la exploramos lo hacemos desde la seguridad del armario, ignorando a menudo las relaciones sáficas por simple alineamiento, heteronorma y heterosexualidad asimilada.
El término en sí es necesario para destacar la misoginia a la que nos enfrentamos las y les bifem, ya que no es lo mismo ser un hombre (o alineado como tal) bisexual, que una mujer.