La situación que estamos viviendo como país ha traído consigo unas consecuencias sociales que ponen en peligro cientos de vidas. Las ayudas que se han instaurado por el Estado de alarma, no solo se están aplicando con unos tiempos eternos, si no que no están previendo que muchas personas vulnerables no tienen acceso a solicitarlas. En este sentido nacen diferentes “Cajas de Resistencia” que consisten en diferentes cuentas bancarias y/o recogidas de alimentos para garantizar que se cubran las necesidades básicas de la comunidad racializada y migrante, principalmente a aquellas personas sin recursos y/o en situación irregular. En España nos encontramos con múltiples cajas de resistencia, sin embargo las más conocidas son las del Comité de Emergencia Antirracista , la del Colectivo Arakerando o la del Sindicato de Manteros de Madrid, en las cuales se pueden realizar donativos para estos colectivos. Pero al mismo tiempo también nos encontramos otras formas de activismo quizá menos mediático o con menos cobertura, como es el caso de Safia Elaaddam (IG: @hijadeinmigrantes) que es autora de varias campañas orientadas a luchar contra el racismo institucional. Su primera campaña se inició durante el periodo de elecciones, llamada “Votar es un derecho”, y por la cual se buscaba que personas que no querían votar (por el motivo que fuera) pero que tuvieran reconocido ese derecho, les cedieran su voto a todas aquellas personas migrantes e hijes de migrantes que no tienen ese derecho a día de hoy en nuestro país. Gracias a Safia, muchísimas personas pudieron votar y se escuchó también esta problemática tan invisibilizada.
Hablamos con @hijadeinmigrantes sobre su campaña #CompraAntirracista que ha conseguido que cientos de familias sin recursos hayan podido comer durante la crisis del #Covid-19
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Tiempo después, esta incansable activista volvió a revolucionar las redes sociales con otra campaña, en este caso llamada “Te Cedo una cita”, que denuncia la injusticia de que las personas en situación irregular no consiguen citas para regular su situación a no ser que paguen a abogados y mafias que tratan de hacerse con este servicio gratuito, para luego venderlo. Los precios van de 60 a 600 euros dependiendo de la cita que necesites. Gracias al trabajo incansable de muchísimas personas voluntarias, se han conseguido más de 200 citas y se ha ayudado a más de 300 personas. Pero el activismo de esta luchadora no acaba aquí, pues ha encontrado una nueva problemática racista que debemos solventar: La precariedad económica y social de las personas migrantes durante el confinamiento. Son muchas las personas de estas características que temen salir a la calle a comprar alimentos porque no tienen papeles o por la constante violencia policial que estamos viendo cada día en los medios de comunicación. Por este motivo, de nuevo ha salido una campaña para ayudar a estas personas mientras se ponen medios realmente seguros para ellas (porque no podemos dejar los derechos básicos siempre en manos de activistas, deben ser exigidos a los gobiernos), así nace “Compra Antirracista” una nueva campaña similar a las cajas de resistencia que comentábamos anteriormente, pero con una peculiaridad: Las compras las realizan las personas voluntarias y, en la medida de lo posible, se le lleva a las personas que no pueden salir de sus hogares por miedo a ser detenidas o violentadas. La última actualización de esta campaña nos cuenta que se han ayudado a más de 50 familias en toda España y aún queda muchísimo por hacer, así que os animamos a donar en la medida de vuestras posibilidades y a apuntaros en la página web como voluntarias para realizar las compras a las personas que no pueden salir ni siquiera a comprar.
Hemos introducido un poco tu historia como activista para que quien no te conozca, pueda saber un poco más de ti, pero lo que realmente nos interesa es visibilizar esta campaña actual y el resto de cara a que se pueda seguir ayudando a las personas migrantes. ¿Cómo nace la campaña “Compra Antirracista?
Nos cuenta Safia sobre la campaña.
«Después de recibir varios mensajes de gente que necesita comida porque ya no puede trabajar, detecto que es algo mucho más grande. Que todas las personas migrantes sin papeles que antes podían trabajar sin contrato se han quedado sin ingresos y sin derecho a ninguna ayuda. Mucho menos si no estás empadronada. Por lo tanto no pueden comer. Lo que se resume en una vulneración total de sus derechos ante esta pandemia.»
En la situación actual, muchas familias están pasando auténticas calamidades para poder llegar a final de mes o comer todos los días, es por ello que nos preguntamos por los «requisitos» que son necesarios para solicitar las compras antirracistas, ya que entendemos que solo lo pueden solicitar personas que no tengan acceso a otras ayudas por partes de ONGs (y recordamos que actualmente asociaciones como Cruz Roja o Cáritas, entre muchas otras, ofrecen bancos de alimentos o diferentes ayudas por la situación de alarma), que son principalmente las personas migrantes en situación irregular.
«Claro, entiendo que haya personas que les cuesta llegar a final de mes, pero creo que esas personas tienen familia o un entorno social amplio que puede ayudarlas; además de documentación para pedir ayudas. Por este motivo la campaña va dirigida a migrantes irregulares. Ya que mayoritariamente están sin familia y por su situación irregular no pueden recurrir a ninguna otra ayuda. Por lo tanto los requisitos son ser migrante irregular sin ingresos.»
Nos explica respecto al funcionamiento de la campaña.
Casi al mismo tiempo que nace la campaña de Compra Antirracista y otras formas de ayuda como las cajas de resistencia, nace la campaña #RegularizaciónYa ante la impasibilidad de un gobierno que dice no dejar nadie atrás, pero como dice Lamine Sarr, miembro del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona y uno de los portavoces de la campaña #RegularizaciónYa: “Dicen que no van a dejar a nadie atrás, pero parece que los negros somos nadie”. En este contexto vemos la interacción de ambas campañas simultáneas, pues es necesario suplir las fallas del sistema mientras se busca acabar con él.
«Efectivamente, mientras se presiona al gobierno para que regularice a todas las y los migrantes irregulares, estas campañas (como la mía y otras) visibilizan y actúan hasta que se cumpla la regularización. Así la mejor forma que tiene todo el mundo de ayudar es sumarse, compartir las campañas, revolucionar las redes, apoyar, donar en la medida de las posibilidades y un largo etcétera.»
Nos explica Safia.
Como ya vienen señalando múltiples activistas antirracistas desde hace tiempo, las exigencias que se hacen no pueden quedar en manos de organizaciones antirracistas o en personas que se dejan la piel por sacar proyectos como estos adelante, es necesario reconvertir estas luchas en una cuestión de Estado que genere derechos humanos reconocidos a todas las personas independientemente de su origen, su raza o su etnia.
«Sería necesario eliminar la ley de extranjería, regularizar a todas las personas migrantes y revisar el racismo social e institucional. Lo principal sería regularizar a todas las personas para estar en igualdad de condiciones, sobretodo ante esta pandemia.»
Nos dice Safia refiriéndose a las medidas que deben seguir las instituciones para garantizar los derechos de las personas migrantes.
Cuando hablamos de este tema, nos surge la misma duda que le surgirá a la mayoría del activismo de derechos humanos: ¿Cómo es posible que un gobierno que se dice progresista y que pretende no dejar a nadie atrás, vuelva a olvidarse una vez más de las personas migrantes en situación irregular?
«La respuesta es sencilla: Porque estamos ante un país racista que se olvida que todas las vidas valen lo mismo y trata a las y los migrantes como seres humanos de segunda. Esta situación agravará la vulnerabilidad de las personas migrantes en situación irregular ya que ya no pueden trabajar sin contrato, lo que significa que hay gente muriéndose de hambre en casa. Y es difícil acceder a la Sanidad cuando no tienes papeles y no estás empadronado.»
Nos dice Safia con algo de rabia ante esta situación claramente injusta.
Hemos hablado también de tus otras campañas, las cuales han ayudado a cientos de personas solamente en nuestro país a tener ciertos derechos que son básicos, sin embargo es cierto que no podemos depender de campañas como estas para garantizar derechos humanos, ¿Algún mensaje que quieras decirle al gobierno actual y/o los que estén por venir, de cara a mejorar la vida de las personas migrantes?
«Basta ya de mirar hacia otro lado, no nos vamos a callar. Que mientras no se pongan las pilas para que todas las personas tengamos los mismos derechos vamos a seguir revolucionando las redes y las calles.»
Concluye Safia, haciendo una llamada de atención a esas figuras del Estado que tanto prometen estar de nuestra parte y luego vulneran los derechos de una parte importante de nuestra población.
Conclusiones
Es necesario escuchar a las personas que se dejan la piel luchando contra un sistema podrido al que obviamente no le importan las personas migrantes hasta que necesita mano de obra barata para explotarla. El papel de la población blanca de este y de todos los países ante estas injusticias, es callarnos y dejar «nuestro» (el que el racismo nos otorga más bien) espacio a aquellas personas que conocen mejor la situación que todas nosotras. Pero nuestro papel no puede quedar solo en la pasividad, si no que también tenemos el deber moral de poner de nuestra parte para solventar los problemas que nuestra sociedad ha generado a diversos grupos de personas en situaciones vulnerables, así que siempre debemos dar espacio a estas campañas, pero también debemos donar, difundir, apuntarnos como voluntarias a hacer las compras a las personas migrantes, salir a las calles cuando se haga una nueva manifestación por los derechos de todas estas personas y poner también nuestro activismo al servicio de llegar a cambiar el Estado y la sociedad para que se reconozcan todos estos derechos negados.