Silencio: Víctima de Segunda

Escribo esto con gran dolor y miedo porque ya se ha rechazado en más de una ocasión lo que voy a contar aquí. Y es que hay realidades que parece que deben estar ocultas por bien de la revolución feminista, de la que, por cierto, he sido partícipe todo este tiempo. No, no es el feminismo quien pretende ocultar esta realidad, sino cierto sector que ya conocemos por su odio misógino a las mujeres que se salen de sus esquemas e ideas de mujer ideal y que casualmente corresponde a los cánones patriarcales.

Mientras que en Rebelión Feminista nos hemos posicionado siempre de parte de las víctimas de violencia sexual independientemente de quien sea, no podemos afirmar que esto sea así en todos los sectores o espacios (ya sean feministas o no) que se supone que deben ser seguros.

Pero hoy rompo mi silencio: fui violada por una mujer. Esta afirmación me ha traído muchísimos problemas precisamente porque existe la creencia de que hablar de ello invisibiliza y minimiza la violencia machista. Nada más lejos de la realidad. Los números no van a cambiar mágicamente, y tampoco va a invalidar la existencia de una cultura de la violación que fomenta, premia y perpetúa la violencia sexual de hombres a mujeres. Aunque ha habido temporadas en los que he tenido verdaderos problemas por contar esto, esta vez ha ido a un paso más allá y ha derivado en acoso durante varios días y tergiversaciones varias. Además de tergiversar mis intentos de defenderme o simplemente querer mostrar cómo me estaban tratando ciertas personas. Y no nos engañemos, ese discurso de que una mujer no puede violar nace de querer señalar a las mujeres trans como potenciales violadores (por supuesto en masculino, porque siempre las malgeneralizan) por presuntamente tener pene.

Os pongo en situación: una persona sube una captura de un hombre ultraderechista que se queja de que desde el feminismo se critiquen las palabras de cierto político sobre las Trece Rosas. Esta persona aclara no estar de acuerdo con él y hace un análisis sobre un problema puramente terminológico en el feminismo, en el que se da por sentado que sólo los hombres pueden violar, pese a que aclara que es mucho más probable que un hombre viole que una mujer debido a su socialización y a la cultura de la violación que tan presente está en esta sociedad patriarcal.

Todo esto se acabó sacado de contexto y lo utilizaron para promover el odio hacia las mujeres trans y quienes las defendemos. Al mismo tiempo, una cuenta dedicada a la denuncia social de la transmisoginia en redes, subió (en defensa mía y de otras víctimas, como han hecho otras tantas veces cuando ha salido el tema) un tuit en el que resumía lo que aquella persona quería decir, que de nuevo se usó con el mismo fin y se le acusó de tener un discurso ultraderechista por el mero hecho de mencionar que hay mujeres que pueden llegar a violar. A pesar de que por enésima vez se aclaró que esas violaciones no corresponden a la cultura de la violación, cuando en la ultraderecha jamás se hablaría de esa cultura, de hecho se niega su existencia. Como víctima que ha sufrido este tipo de violencia, sentí que se nos estaba invisibilizando. No comprendía por qué estaba mal hablar de casos como el mío aún cuando se aclara que no hay una cultura de la violación que lo fomente como sí ocurre en el caso de los hombres.

Eso no es óbice de que en las relaciones homosexuales no se puedan reflejar dinámicas patriarcales a pesar de que no son (generalmente) aptas para la explotación reproductiva. ¿De verdad creéis que solo por ser LGTB alguien va a deconstruirse todas las dinámicas patriarcales que ha interiorizado? Pues es un problema muy actual en la comunidad LGTB.

El hombre al que me enfrenté aquí utilizó su caso de víctima de pederastia para ponerse de ejemplo, diciendo que si él no hablaba de su caso, yo tampoco debía hacerlo porque entonces invisibilizaba y minimizaba la violencia machista, y que el solo hecho de mencionarlo, era un discurso patriarcal y de derecha liberal. Me veo obligada a decir que este hombre es conocido precisamente por agredir y difamar a las mujeres trans.

Aunque negó haber intentado silenciarme, más tarde admitió que me silenciaría, igual que a cualquier víctima como yo.

A raíz de esta persona, una supuesta feminista me llamó mentirosa y alienada por el mero hecho de querer que los casos como el mío fueran visibilizados. La cité dos veces para defenderme y una vez más para criticar que llamase apología de la violación a pedir reflexionar sobre la transfobia sexual mientras llamaba mentirosa a una víctima (a mí). Minutos después, otra supuesta feminista me llamó acosadora y me acusó de tener un discurso machista, de nuevo, por querer hablar de mi caso. Me dijo que de querer hablar de mi violación, ocultase el género de mi agresora, ya que según el INE sólo había habido una condenada por delitos sexuales en 2018 y por lo tanto, no se podía hablar de mujeres violadoras. También me llamó machista por decir que la policía aconsejaba no denunciar estos casos debido a que solían terminar en nada debido entre otras cosas a lo complicado que era de poder demostrar, porque según ella nada me impedía denunciar, sin tener en cuenta el cansancio mental y emocional que puede ser pasar por un proceso judicial en el que no tienes nada asegurado.

Supuesta Feminista 1: Lo que hacéis algunas mujeres para joder al colectivo entero (colectivo de mujeres, sí, la mitad de la población, digo) es increíble, Ahora resulta que también vamos violando y maltratando a diestro y siniestro. Entre los que dicen que vamos poniendo denuncias falsas y estas tías que van diciendo «las mujeres también maltratan y violan». Pero de qué vais por la vida. De qué vais. Sois unas malditas alienadas, así.

Hablé de esto y de cómo no suelen creer a las víctimas de agresoras precisamente por lo comentado más arriba (a que es más difícil de demostrar), a lo que ella contestó que los tribunales se rigen por las leyes y las pruebas. Comenté que mi caso, según la ley, no es violación. Entonces dijo lo siguiente:

«Ah, ¿según la ley no has sido violada? Entonces llamas violación a algo que no es.»

Más tarde se excusó en que yo había dicho que según la ley no era violación y que yo había mentido porque en el Código Penal sí se recogen casos como el mío, diciendo que según la ley sí es violación. La ley dice lo siguiente:

Artículo 178. El que atentare contra la libertad sexual de otra persona, utilizando violencia o intimidación, será castigado como responsable de agresión sexual con la pena de prisión de uno a cinco años.

Artículo 179. Cuando la agresión sexual consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías, el responsable será castigado como reo de violación con la pena de prisión de seis a doce años.

Ella defendió firmemente que esto fuera así, con la diferencia que para ella la agresión sexual debía ser siempre que hubiera penetración. En otras palabras, dado que en mi caso no hubo ni penetración, ni intimidación, ni violencia, le parecía correcto que se considerase abuso sexual. ¿Pero el abuso sexual es violación según la ley?

Artículo 181.1. El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses.

2. A los efectos del apartado anterior, se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto.

3. La misma pena se impondrá cuando el consentimiento se obtenga prevaliéndose el responsable de una situación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima.

4. En todos los casos anteriores, cuando el abuso sexual consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías, el responsable será castigado con la pena de prisión de cuatro a diez años.

5. Las penas señaladas en este artículo se impondrán en su mitad superior si concurriere la circunstancia 3. a o la 4. a , de las previstas en el apartado 1 del artículo 180 de este Código.

Por lo que se aprecia, no. La violación legalmente se considera un agravante de la agresión sexual y deja muchas violaciones en las que no ha habido violencia física o intimidación como abuso, al igual que le pasó en un primer momento a C., la víctima de la Manada, y por lo que todas salimos a la calle a gritar «no es abuso, es violación». Mi caso sólo correspondería al primer apartado del Artículo 181 del Código Penal, que como veis, tiene una pena completamente ridícula en comparación con el abuso sexual con penetración o la violación. Incluso aunque hubiera habido violencia, tampoco sería considerado violación debido a que no hubo penetración. La ley no es que beneficie necesariamente a las agresoras femeninas, pero la idea de violación que se presenta en ella es completamente errónea. No sólo no es justa para las víctimas como yo, sino para muchas víctimas de hombres que no fueron penetradas ni recibieron violencia física contra ellas.

Recordemos que se tratan de leyes patriarcales y aplicadas por instituciones patriarcales, por lo que usarlas de argumento es usar argumentos patriarcales. No puedes decirte feminista si piensas y actuas así.

Pero si creéis que esta supuesta feminista se quedaría aquí, os equivocáis. También hizo alusión a las pruebas de lesiones, que obviamente no tenía porque no hubo violencia. Mencionó que si te niegas, hay lesiones porque te fuerzan. Una persona que había acudido en mi defensa le dijo que las víctimas no siempre se resisten y que algunas experimentan parálisis, por lo que la violencia no tiene por qué ser necesaria para que te fuercen. Ella respondió que eso ocurre por miedo a que les maten y por superioridad física, lo cual dudaba que fuera mi caso. Más tarde, también dudó de que yo pasara demasiado miedo debido a que no había violencia y a que mi violadora era una mujer, negando de esta forma que yo entrase en shock por el miedo, y que por lo tanto, no me resistiera.

Yo: ¿Qué te hace pensar que van a creer a una persona que no tiene huellas físicas de una violación sin vídeos o grabaciones de por medio cuando ni así te creen?
Supuesta Feminista 2: Al no querer, hay señales físicas que lo demuestran.
Persona que acude en mi defensa 2: De hecho, no necesariamente. Muchas víctimas de violación se quedan quietas por temor a que su agresor o agresora ejerza violencia sobre ellos. De hecho, si lees testimonios de víctimas de violación, te darás cuenta de que no necesariamente hay resistencia a las violaciones.
Supuesta Feminista 2: Normal, porque normalmente el violador te puede, y te puede matar. No creo que eso pasase en este caso.

Todo esto en conjunto (el hecho de que la ley dice que lo que me ocurrió no es violación y que, en teoría, debía haberme resistido y tener lesiones físicas si yo había dicho «no») recuerda bastante, de nuevo, a los argumentos utilizados en defensa de La Manada de Pamplona.

Supuesta Feminista 2: Ahí simplemente digo que cuando no quieres, te obligan, y alguna señal puede haber. Es evidente que en muchísimos casos no las hay. Y sobre lo de la parálisis le contestaba a otro que fue quien sacó eso.
Yo: No es eso lo que dices. Ni siquiera hablas de la posibilidad de que haya señales físicas. Afirmas tajantemente que las hay. A quien le respondieras lo de la parálisis da igual, porque haces referencia a mi caso sin tener ni idea.
Supuesta Feminista 2: Se supone que es entre iguales, según dijiste, vamos. Pues me equivoqué al afirmarlo.
Yo: ¿Te crees que alguien tiene menos miedo o que controla su cuerpo porque le viole un «igual»?
Supuesta Feminista 2: El miedo ahora va a ser el mismo también si lo hace un hombre sobre una mujer, habiendo dejado claro y todo que no hubo empleo de la fuerza. En fin…

Por otro lado, acabé discutiendo por el mismo motivo con otras personas, que me dejaron claro que era una víctima de segunda. En todo momento hablé de la cultura de la violación que fomenta que los hombres la cometan, sin embargo, tomaron el tuit que más se podía malinterpretar de la conversación para promover el acoso hacia mí y el odio hacia las mujeres trans:

«Las violaciones son violaciones. Da igual que sean estructurales o no, siguen siendo violaciones.»

Esto llevó a que la persona que citó mi tuit para descontextualizarlo ganara unos cuantos seguidores (bastantes) a costa de mi deseo por ser reconocida como una víctima válida. Solo porque efectivamente fui violada y deseaba ese reconocimiento, menuda osadía la mía.

Supuesta Feminista 3, que cita mi tuit: «La violencia es violencia. Da igual que sea estructural o no, sigue siendo violencia». La violencia no tiene género versión LGTBAIQ+.
Supuesta Feminista 4: Que hable de las denuncias falsas y acabe ya,
Supuesta Feminista 3: Me cuesta cada vez más distinguirlos de los foreros.
Supuesta Feminista 4: Estos llevan peluca, se distinguen fácil.

Hubo más cosas que no recuerdo, ni quiero hacerlo. Lo único que sé es que el acoso que he recibido no es nada justo, y esto mientras dicen defender a las víctimas de violación. Lo peor de todo, es que todo esto ha ocurrido motivado por su odio a las mujeres trans. Cada vez que ha salido que una mujer trans ha agredido a otra mujer, le han negado su identidad basándose en la premisa patriarcal de «las mujeres no violan» o que la violencia es única de los hombres. Por su odio a las mujeres trans, dejan a muchas víctimas, también mujeres, sin apoyo. Quienes hemos sido víctimas de mujeres no podemos sino sentirnos enfadadas. ¿Me estás diciendo que las mujeres no violan si yo fui violada por una? Es obviamente insultante y nos degrada como víctimas, puesto que nos dejan sin opciones para visibilizar nuestros casos. La excusa es que el machismo los puede usar como justificación para la violencia patriarcal. Pero eso no es cierto, puesto que sólo tendrían que ir a las estadísticas del Ministerio del Interior y ver que hay mujeres condenadas para ello. ¿O es que nos están diciendo que tampoco denunciemos a la policía porque aparecerán mujeres agresoras en las estadísticas? ¿Qué cambia que yo hable de mi caso públicamente con que lo denuncie en comisaría? Nada.

Persona con el hashtag YoSíTeCreo defiende a Supuesta Feminista 2 en el momento en el que me dijo que si la ley decía que no era violación, entonces no había sido violada. Me llama «la que dice haber sido violada» y hace uso de la luz de gas.
Dice: Se te da bien montar el numerito, pero podrías escuchar de vez en cuando si tu ego te lo permite. La que ha dicho que no es violación es la que dice haber sido violada. Es violación, y si no lo es porque la ley no lo dice, hay que cambiar la ley. Espesitas que estáis.

Visibilizar que agresiones como la mía, como la que hemos tenido tantas víctimas, no va a minimizar las violaciones de hombres a mujeres. Las estadísticas van a seguir ahí y va a seguir viéndose que hay muchísimos más hombres agresores que mujeres porque, efectivamente, tienen un sistema patriarcal que les apoya. Sin embargo, para las víctimas, puede suponer entender lo qué les ha ocurrido, por qué y que no son las únicas, que no están solas. Para ser sincera, jamás conocí a otra víctima de un caso como el mío hasta que lo conté, y supuso una gran diferencia para mí porque me hizo ver que había quien me entendía.

Como feministas hemos de cuestionarnos si realmente el hablar de que hay mujeres que violan nos perjudica. ¿Por qué violan esas mujeres? Probablemente sea por la misoginia inculcada (en el caso de víctimas femeninas) o por la concepción de que los hombres siempre están dispuestos a tener sexo (en el caso de víctimas masculinas). La bibliografía que hay al respecto es prácticamente nula y es nuestra responsabilidad darle una explicación y buscar la razón, puesto que la mayoría de víctimas de estas agresoras somos precisamente otras mujeres (violencia intragénero) y no se nos puede ignorar o silenciar de esta forma, porque nos duele y nos hace sentir culpables de lo que nos ha pasado.

No te puedes llamar feminista si silencias a una víctima de violación, la acosas, la pones en duda, o la llamas mentirosa o alienada únicamente porque rompa el concepto de «mujeres santas». Las mujeres no somos ni santas, ni putas, sino seres humanos, y como tal, las hay buenas, malas, y las que no son ni lo uno ni lo otro. Las víctimas tenemos derecho a visibilizarnos y hablar de nuestros casos porque no existen víctimas de segunda.

Por último quiero dar mi agradecimiento a todas las personas que me han apoyado en esta odisea y se han enfrentado a esa misoginia que pretendía acallarme. Sé que no debería dar las gracias porque es lo que debería ser por norma, pero gracias de todo corazón.

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