Cuando hablamos de Ley Trans solemos observar que siempre se hace desde una perspectiva conjunta, con leyes que engloban mucho más que la necesaria ley de la que tantas veces hemos hablado. Este hecho ya lo destacaba Mar Cambrollé Jurado, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía (A.T.A.), en el artículo que publicamos la semana pasada , en el que la conocida activista destacaba las problemáticas que habían llevado a la paralización de la ley en las instituciones. Para poder profundizar en este tema, hemos entrevistado a otras de las voces en torno a la construcción de esta ley. Erik García, presidente de la asociación Visión Trans, nos ilustra su punto de vista sobre el secuestro de la Ley Trans Estatal,
Para ello comenzamos con uno de los temas que más debate tienen a día de hoy en las instituciones: las cirugías de reasignación genital. Por un lado se considera que es una operación innecesaria o incluso una mutilación corporal, la cual en muchos casos se relaciona con trastornos mentales para así desautorizar a las personas trans patologizando su existencia y su forma de sobrevivir. Por otro lado, las cirugías de este tipo resultan imprescindibles para muchas de las personas trans ya no solamente como mitigación de la disforia de género, sino para el reconocimiento jurídico de su identidad en el todavía insuficiente marco legislativo vigente que el proyecto de Ley bloqueado pretendía reformar.
«Es una doble discriminación. El negar la identidad a una persona trans es delito tipificado en el Código Penal, y está recogido en el artículo 14 de la constitución. Es un discurso transmisógino, porque acusan a mujeres trans de perpetuar el patrón impuesto a las mujeres por el machismo pero a las mujeres cis que les gusta maquillarse, usar tacones o ponerse un vestido, las consideran víctimas. Es un doble rasero.», nos señala Erik en torno a esta problemática. Pero claro, es necesario también habla de cómo se condiciona aún más a aquellas personas trans que sufren más opresiones simultáneas, en concreto pensamos en las mujeres trans que además son lesbianas, su situación respecto al resto del colectivo lésbico nos recuerda a la «Amenaza Lavanda» cuando se excluía a mujeres lesbianas del propio feminismo.
«Al final es lo mismo, excluir a un sector de mujeres del feminismo. Se está fomentando mucho un solo tipo de feminismo, pero feminismos hay varios, el anticapitalista, el antirracista… El transfeminismo remueve la base impuesta de «la mujer es la que da a luz»… También hay hombres con capacidad de gestar, o que se nos podría respetar ese derecho de dar a luz.».
Cuando se trata de hombres trans, nos encontramos con que su género es invalidado por parte de un «feminismo» interclasista y liberal que pretende reducir la opresión a los genitales, por lo que a los hombres trans son mujeres solamente por tener vagina, lo que lleva un enfoque muy específico por parte de estas mujeres tránsfobas: «Pues no nos reconocen como hombres. Por tener un aparato reproductor ya somos «hembras humanas«. ¿Quién da la autorización para esa identidad? ¿El ojo, la oreja, los genitales? Son órganos igual. La autoridad para esa identidad lo da la persona. Un hombre trans es un hombre gestante. Se remueve desde la base de la ideología cisexista impuesta el acusarnos de boicotear el feminismo.»
Erik concuerda con nosotras en que, como en todas las luchas, es necesario centrarla siempre en la clase trabajadora, pues es la que sufre con más fuerza las consecuencias de la opresión. Nos parece imprescindible que el discurso Trans y en general la lucha trans tenga consigo una alta conciencia de clase, como ya la tuvieron las luchas de compas trans que nos precedieron. «Es anticlasista a nivel de movimiento social. A nivel individual, habrá personas clasistas. Incluso tránsfobas. Es como el argumento biologicista que han asumido «las feministas» de ahora como si fuera reivindicativo cuando están usando los argumentos machistas con que les han atacado la sociedad patriarcal desde siempre. «Eres mujer por tener vagina y dar a luz».
Hemos debatido con Erik cómo matizaría el hecho de que desde el movimiento radical resulte problemático hablar de «cuerpos gestantes», por la posibilidad de que ese discurso puede borrar la idea que el binarismo se basa en explotar reproductivamente a las mujeres. A un hombre trans se le niega la masculinidad en cuanto adoptan esos roles que dentro de los constructos sociales, se asocian a lo femenino. Es una cuestión espinosa que le hemos preguntado explícitamente en vista de las tergiversaciones malintencionadas que se han hecho desde el TERF.
«Lo matizaría en las nuevas masculinidades, (y digo nuevas porque se nos está reconociendo ahora a pesar de llevar exigiéndolo mucho tiempo.) Lo que ocurre es que dentro del colectivo médico se exige que para poder acceder al cambio de nombre y DNI tengamos que estar dos años en hormonación. Eso implica la esterilización química, y ahí no podemos reproducirnos. A nivel quirúrgico se da el chantaje de que para acceder a una masculinización de tórax, se nos indica de hacernos una esterilización del aparato reproductor interno. Se nos impone desde la clase médica esa información sesgada, de que «si somos hombres, no vamos a querer gestar». Y si nos negamos pues se nos dice «habernos quedado igual». No entra en la mente de las personas que está atendiendo a otras personas dentro de la ginecología, cuando al fin y al cabo mi genital es una vagina y necesita los mismos cuidados que cualquier vagina, igual que las mujeres trans van al urólogo porque su aparato reproductor es el pene y también requiere su mantenimiento. La críptica que se está haciendo es que si ejerces tu derecho de dar a luz pero dejo de considerarte hombre en ese caso, radica mucho más allá. Se nos cuestiona ese derecho porque no se considera como tal. Si fuese un derecho y no un obligación, no existiría tal cuestión. Y eso ha sido inculcado a base de años de violencia machista.»
Tras este interesante aporte que nos hace Erik, nos plantea en sí mismo una pregunta: ¿Es, por tanto, la transfobia un derivado de la misoginia?
«No. Es el mismo sistema en diferente grado. A la mujer se le ataca por los derechos que ejerce como persona libre. La transfobia es cualquier agresión que sufre una persona trans cuando se manifiesta libre ante la sociedad. Yo puedo ir embarazado por la calle pero se me va a cuestionar. Por ejemplo, cuando salió en USA una noticia de «el primer hombre embarazado del mundo», aquí en España las personas lo contaban como un fenómeno, se decía auténticas burradas sobre como «iba a nacer ese bebé y por dónde». No les llegaba más allá la mentalidad de «hombre, pene».
Precisamente el mecanismo de la esterilización forzosa se lleva a cabo con varios grupos oprimidos (mujeres racilizadas, mujeres discapacitadas y, por supuesto, todas las personas trans), y todas estas esterilizaciones nos recuerdan siempre al mismo patrón eugenésico del que tantas otras veces hemos hablado.
«Sí, es una táctica «hitleriana» pero a las personas se les olvida que el nacional socialismo no es el partido socialista, viene de mucho más atrás, y la ideología se ha blanqueado igual que ahora se está blanqueando a VOX. Como dato te contaré que en 1999 se intentó llevar a trámite en España una ley Trans, que fue declarada como anticonstitucional en 1979 por el tribunal superior de Derechos Humanos en Alemania. Y a pesar de eso la intentó introducir el PSOE por el senado, que es como la puerta de atrás del Congreso.« Nos cuenta Erik para que podamos situar el bloque de la Ley Trans estatal desde su punto de partida. Erik nos hace una breve resume del contenido de la ley: «Se exigía el divorcio de la persona trans si esta quería modificar sus datos. En el momento en el que te casabas de nuevo o tenías un hijo, te volvían a cambiar el nombre. Y se imponía la cirugía genital, aparte de todo el tiempo de hormonación.»
Teniendo en cuenta cómo en 1999 se intentó introducir esta ley por parte del PSOE en el Congreso, resulta coherente preguntarse si no es esto por tanto un antecedente de lo que el partido está haciendo ahora con los derechos trans, lo que supondría por tanto una nueva vulneración de derechos que ya han sido reconocidos por la mayoría de países de la Unión Europea.
«No. El PSOE lo que ha hecho es rentabilizar a nivel partidista todo el movimiento social LGBT, haciendo un borrado trans y eliminando todo aquel historial trans que ha apoyado al movimiento para el matrimonio igualitario o cualquier otra iniciativa pro derechos humanos del colectivo. Lo que pasa es que siempre ha habido un malo y un bueno. Pero en realidad ni el bueno es tan bueno ni el malo, tan malo. Tenemos el ejemplo de Andalucía, con la ley trans de 2014, que consiste en la libre autodeterminación de la identidad, no segregación en el ámbito sanitario y toda la documentación a nivel de comunidad autónoma.»
En conclusión, en ciertas partes de nuestro país, como Andalucía ya se ha llevado a cabo una ley que protege los derechos de un colectivo tan ignorado y maltratado históricamente como son las personas trans. Es por ello que exigimos como movimiento feminista se apruebe una Ley Trans a nivel nacional que garantice que todas las personas trans de nuestro país gocen de todos sus derechos humanos en igualdad de condiciones con sus vecinos de otras Comunidades Autónomas. Siempre desde el respeto hacia las necesidades específicas de cada grupo de personas trans. Y sobre todo, luchamos contra la imposición del modelo cisnormativo y heteropatriarcal de las personas trans, sobretodo de las mujeres trans, que lleva a que se esterilice sistemáticamente a estos grupos de personas. Lo que es en sí mismo una violación de los derechos de decisión de las personas sobre nuestro propio cuerpo.