El imaginario popular de los ingenieros, científicos, matemáticos y de todas las personas que trabajan en lo que se conoce como STEM (ciencias, ingeniería, tecnología y matemáticas) es el de un hombre blanco con una inteligencia por encima de la media y con pocas dotes sociales. Sin embargo, las causas de la exclusión de las mujeres en estos ámbitos tiene mucho que ver con el machismo y muy poco con la validez de un género por encima del otro en las habilidades que se requieren.
Debemos considerar que los niveles de analfabetización adulta es predominantemente femenina, de acuerdo con la ONU el 64% de las personas analfabetas son mujeres. Este dato no es casualidad, es un indicativo de que en muchos países las mujeres seguimos siendo ciudadanas de segunda y la salida de la pobreza es especialmente complicada para todas estas mujeres relegadas a trabajos no cualificados y poco remunerados.
El porcentaje de las mujeres que llegan a la educación universitaria en España es del 53,3%, sin embargo tan solo un 5,3% de las graduadas lo hacen en algunas de las materias de STEM. A nivel mundial según la UNESCO en enseñanza superior las cifras son mejores pero distan mucho de la paridad. Tan sólo el 35% de las personas matriculadas en las carreras vinculadas con STEM son mujeres. Si hablamos de investigadores las cifras caen aún más hasta el 28%.

Factores.
Cuando hablamos de los factores que influyen en estas cifras debemos hablar de procesos de socialización y aprendizaje arraigados en todas las sociedades. Costumbres y normas no escritas profundamente machistas, la forma de interactuar y las expectativas que se proyectan desde los medios de comunicación, la familia y todos los ámbitos en los que nos desenvolvemos en la vida diaria. Esto influye en la creación de la identidad y de la propiocepción de las personas de forma determinante.
Estas dinámicas, por la falta de referentes desde la escuela más temprana de mujeres que se han dedicado de forma profesional a estas materias, ha sido ampliamente cuestionado y criticado. Ya hemos hablado en este medio sobre los libros de texto y la invisibilización que sufren las mujeres en muchos ámbitos y resulta absurdo separar esto de las elecciones que se toman en relación a las áreas en las que se prefiere estudiar.
Por otro lado, nos encontramos con la creencia popular de que los temas que tienen que ver con STEM y las habilidades que se necesitan para desarrollarlos; son principalmente masculinos y que las mujeres no tienen la misma facilidad. Investigaciones relacionadas han desmentido estas afirmaciones aunque se sigue viendo en muchos foros de opinión como argumentativo a una brecha salarial y un techo de cristal aún existente. Estas opiniones calan en el imaginario colectivo, y por supuesto en el de las mujeres, perpetuando los mismos prejuicios que nos llevan a elegir determinadas carreras o estudios superiores por ser lo que siempre se nos ha dicho que debemos hacer.
Medidas
Algunas de las medidas que se han intentado implantar para paliar la discriminación han sido respondidas con resultados dispares y críticas por parte de muchos sectores.
Los diferentes sistemas educativos que implantan y regulan los países tienen influencias directas en esta discriminación. Proporcionar igualdad real de oportunidades pasa por una transformación más profunda que a la que estamos acostumbrados con los días de la mujer y la ciencia; la visibilidad debe ser transversal a todos los contenidos y materiales que se utilizan en el aula; además de los prejuicios que el profesorado tiene y proyecta de manera más o menos explícita. Se debe dar una formación a los docentes que les permita reconocer y frenar de forma inmediata las conductas que ya hemos comentado, también mejorar la visibilización y la consideración de las mujeres científicas de forma obligatoria en los materiales que se utilizan dentro de las aulas.
Otra de las medidas a nuestro alcance es eliminar la presión sobre las mujeres para los cuidados a los familiares y permitir una conciliación real de la vida personal y la profesional; que aún sigue siendo una de las tareas pendientes en todos los trabajos pero mucho más si hablamos de STEM. Esto exige medidas como la ampliación y el hacer equivalentes e intransferibles las bajas por paternidad y maternidad.
La eliminación de la discriminación en la contratación de las mujeres en la ciencia es otra de las grandes reivindicaciones clásicas en este campo. La predominancia de hombres en los puestos altos explica en parte este sesgo que existe y que debe corregirse con políticas activas contra la discriminación y desde las propias empresas que son las responsables últimas de sus contrataciones y por tanto de su discriminación.
Los trabajos del futuro

Se considera que los trabajos relacionados con STEM son los trabajos del futuro, y además son algunos de los más demandados y mejor pagados en la sociedad actual. Sin embargo no debemos olvidar que el objetivo no debe ser únicamente la ruptura del techo de cristal.
El objetivo último que debemos perseguir es la liberación de las mujeres para poder decidir su campo de estudio, de especialización y de trabajo sin tener que remar contracorriente ni luchar para poder llegar a algo que por derecho también es nuestro.