Término acuñado en la Conferencia Mundial de Mujeres en Beijing (1995) que se refiere al proceso mediante el cual las mujeres, pese a la situación de desventaja estructural (social y económica) debida a su género dentro del patriarcado, aumentan su participación en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.
Se consigue adquiriendo y/o reforzando sus capacidades y protagonismo, tanto a nivel individual como colectivo, alzando su voz con el fin de obtener una verdadera autonomía tanto en lo personal como a nivel de sociedad, todo ello en términos de igualdad real.
También se define como tal a la toma de conciencia del poder individual y colectivo de las mujeres, y que se traduce en una recuperación de la dignidad como personas plenas.
Aunque los últimos años este término se utiliza muy a la ligera, sigue siendo un imprescindible de la Lucha Feminista. Queremos que nuestras mujeres y niñas se empoderen en todos los sentidos, que sean dueñas de su vida y de su dignidad como personas.
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