Todos sabemos que los movimientos feministas siempre luchan a favor de la liberación de las mujeres y en contra del machismo, pero en el caso del feminismo islámico hay matices:
En primer lugar, las feministas islámicas luchamos contra la imagen denigrante que se ha construido de ellas en occidente; queremos que nos dejen de considerar oprimidas, está claro, pero también queremos que dejen de vernos como incultas e ignorantes.
Las musulmanas estamos cansadas de ver como en la mente de los occidentales siempre somos o bien amas de casa, o bien las mujeres de la limpieza (con todos mis respetos a estos dos oficios). ¿Por qué el mundo se sorprende una y otra vez de que una hijabi tenga una titulación y ocupe un puesto elevado en una empresa, en la administración o en las instituciones públicas? ¿Y por qué cuando la que ocupa el mismo puesto no es hijabi entonces es liberada? Tal vez es al revés: ¿os habéis parado alguna vez a pensar que hay mujeres que se ven obligadas a desprenderse del velo para mantener el puesto de trabajo? Pensadlo.
En segundo lugar, también luchamos contra la imposición del machismo en nuestra cultura, y digo cultura porque la religión no es machista, sino que son los propios musulmanes quienes han difuminado la línea que separa cultura y religión, hasta casi hacerla desaparecer. En nuestra cultura, como también en la occidental, existe el machismo, pero quiénes siguen la religión islámica sin mezclarla con la cultura no son machistas, por tanto “el feminismo islámico es una redundancia porque el Islam es igualitario” como afirma la pensadora Sirin Adlbi Sibai, no obstante, mientras se siga confundiendo cultura y religión, es necesario llevar la etiqueta.
Por último, reivindicamos que se nos reconozca en nuestras sociedades el papel central que nos otorgó el Corán.
A menudo nuestras voces son silenciadas por las interpretaciones patriarcales, y todos se olvidan de la gran labor que las mujeres desempeñaron en la época del profeta, ¿y cómo han llegado algunos musulmanes a esa negación? Muchos creen que el retroceso se produjo durante la época colonial: cuando los blancos llegaron a esos países, trajeron consigo la superioridad del hombre, y entre los musulmanes se fue introduciendo lentamente ese machismo.
Sin embargo, no digo que la culpa entera fuera de los blancos, pero hay que ser conscientes de que el colonialismo ha propagado el machismo por todo el planeta, y ahora nos lo pretenden vender como que fue una misión para civilizar a aquellos países, y lo mismo hacen ahora usando la excusa de liberar a las mujeres en los países árabes para invadirlos.
Por ese motivo creo firmemente que es necesaria una unión entre todas las feministas del mundo, independientemente de la raza, color, género, cultura o religión. Es necesaria porque debemos dejar atrás las visiones y opiniones surgidas durante la época colonial, porque fue una época oscura de la historia de la humanidad, y empezar a hacer de la diversidad nuestra unión y fuerza, como hacemos en este blog.