El racismo es la represión y discriminación basada en el sistema blanco y colonial hacia las personas de cualquier raza diferente a la blanca. Esto se debe a que las personas europeas crearon varias diferencias religiosas y biológicas ficticias para poder tener poder sobre ellas y esclavizarlas, robar sus tierras y así poder obtener ellos más privilegios y por consiguiente más poder.
El colonialismo por definición es una conquista de un territorio sobre otro a la fuerza con la intención de monopolizar sus recursos y sus habitantes originales quedan sublevados ante los conquistadores.
Aunque los países europeos también se conquistaron entre ellos durante siglos, ¿Por qué aún afecta en gran medida a los países y continentes no blancos pero no a los estados europeos? La respuesta está en la religión y en la ciencia de la época. Según los cristianos, las personas de color estaban creadas para servir a los blancos. Esto se llamó la maldición de Canaan, y fue usada para alienar a las víctimas de este colonialismo y que así aceptaran su supuesta inferioridad y la pérdida de libertades. Esta interpretación aún se veía a principios del siglo XX en libros de texto para justificar cosas como la esclavitud y el genocidio de personas de color. Al poco de aparecer el Darwinismo, empezaron a tratar de legitimar de otra manera que se alejara de la religión debido a que el movimiento de la ilustración trajo consigo una crisis espiritual y la aparición de muchos intelectuales ateos y es que emplearon el discurso de describir biológicamente a las personas de color como semi-humanos o cuasi-humanos, al considerarlos menos evolucionados que el hombre cis blanco.
Al tener la excusa de la inferioridad espiritual y biológica el poder blanco sobre el colonizado creció. El sistema de castas, una forma que tenían los españoles o criollos de clasificar a los habitantes de las colonias españolas sirvieron no solo para tratar de aislarnos sino para hacer ganar privilegios o perderlos según tu color y/o origen y para desanimar al mestizaje. Más adelante, en el siglo XIX, la forma de mantener a los habitantes de color fue reprimiendo a la población condenándoles a una vida de pobreza y sumisión.
Aunque el sistema de castas ya no siga vigente y nadie se crea ya lo de la maldición de Dios, el racismo y la herencia del colonialismo sigue afectando al día a día a todos los no-blancos, y son de los pilares más grandes a derrumbar si queremos aspirar a la liberación de los oprimidos.